lunes, 18 de mayo de 2009

LAS IDEOLOGÍAS ZOMBI




Francisco Garrido
Desde la caída del muro de Berlín, el denominado “socialismo real” se convirtió en una “ideología zombi”, es decir, en un “muerto viviente”. Alguien, en este caso algo, que aunque está muerto sigue mostrando (de forma grosera, eso sí ) algunas propiedades mecánicas de un individuo vivo. Y aunque se muevan, y aunque nos asusten, y aunque puedan hacer todavía mucho daño (mirar Cuba, Corea, China): están “muertos sobre si muertos”.
La actual crisis metabólica se ha llevado para delante al neoliberalismo (o lo que es lo mismo el liberalismo económico actualizado). La ideología neoliberal ha muerto producto de un fallo multiorgánico (crisis energética, agrícola, mineral, climática, financiera , inmobiliaria, etc) por un síndrome metabólico. La ideología neoliberal es ya también un zombi, y cada día que pasa muestras más signos del “rigor mortis” que caracteriza a la muerte. Esto no significa que el capitalismo haya muerto. Significa que ha muerto la ideología más vigorosa intelectual y socialmente, que lo ha legitimado.
De tal modo, que esta crisis está siendo gobernada (lo de “gobernada” es un decir) por una ideología zombi ( el neoliberalismo) y por el espectro de un zombi ya casi desaparecido ( el socialismo real). Si miedo da el zombi neoliberal no menos patético es el socialista (tiene mandanga ser el fantasma de un zombi). Por eso nadie entiende nada en esta crisis. Por eso las recetas balbuceantes que se anuncian siembra aún más el desconcierto y la desconfianza. Los hijos ideológicos del industrialismo han fallecido y nadie quiere certificar su defunción.
La socialdemocracia no es ajena a esta crisis y a este vacio ideológico. Acostumbrad a rentabilizar cierta supuesta equidistancia entre liberalismo y socialismo; la muerte de la ideología liberal la deja más huérfana aún que la caída del muro de Berlín. El agotamiento de los gobiernos y las coaliciones rojiverdes en Europa, el fraude del ”republicanismo verde” de Zapatero, la apuesta nuclear socialdemócrata (Reino Unido, Francia, Finlandia), la tragicomedia de la “tercera vía” de Blair demuestran que, hasta el momento, la socialdemocracia no ha sido capaz de romper sus vínculos con el industrialismo. La socialdemocracia sigue queriendo aparecer como la “síntesis ideológica” entre socialismo y liberalismo, esto la situa más en el ámbito del “memorial de difuntos” que en un proyecto de futuro.

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