miércoles, 28 de enero de 2009

EXISTEN ALTERNATIVAS REALES: LA NUEVA ANDADURA DE BOLIVIA



Después de años de resistencias, luchas, torturas, sangre y dolor, el pueblo boliviano organizado consiguió aupar a la Presidencia de la República, por primera vez en su historia, a un indígena. Un movimiento (que no partido), estructurado por las organizaciones comunales, campesinas, vecinales e indígenas, formó gobierno. Durante tres años se ha estado discutiendo el modelo a seguir, desde las bases fundamentales, no a título de reforma o modificación de elementos, sino desde las propias estructuras, definiciones e identidades. Finalmente, el domingo 25 de enero, en referéndum, por sufragio universal (también por primera vez, pues las anteriores constituciones fueron aprobadas únicamente por representantes), ha sido aprobada una Nueva Constitución Política del Estado.[1]
Los avances que presenta son llamativos a todo nivel, desde la consideración de derecho humano del agua o la electricidad, hasta la lucha contra la violencia hacia las mujeres, pasando por la defensa de la economía y la justicia comunitarias o el reconocimiento de 36 naciones indígenas, además de mantener derechos ya clásicos como el de la propiedad, la herencia, la vida, la libertad religiosa o política. Un texto mucho más avanzado de lo que estamos acostumbrados en otras latitudes. Lo que pretende es realmente una refundación de Bolivia.[2]
Contra poderes establecidos al interior del país, que controlan jerárquicamente los medios de comunicación, las iglesias, el sistema judicial, los partidos políticos, las grandes empresas, los latifundios, las gerencias internas de las transnacionales, etc.), y del exterior (oficinas consulares y de negocios, transnacionales, etc. de EEUU y la Unión Europea), el pueblo boliviano ha dado un extraordinario paso adelante. El camino está por recorrer, pues esto ha sido sólo el principio. La nueva perspectiva y visión del país, la norma básica global, el marco estructural, está aprobado, pero el desarrollo legislativo y su puesta en práctica quedan por hacer y quienes se oponen al cambio, que consiguieron aproximadamente el 40% de los votos en contra en el referéndum, no lo pondrán nada fácil, pues siguen siendo fuertes. Así lo han hecho en estos años con cada decisión gubernamental de corte social y redistributiva.
Nadie dijo que cambiar el sistema fuera fácil, pero la experiencia boliviana (como otras en América Latina) es una referencia histórica, una alternativa en estos tiempos de crisis, desmovilización, adormecimiento social y profundización neoliberal.

Vicente Álvarez Orozco
[1] El proceso mismo es de un interés extraordinario, lejos de imposiciones elitistas y alejadas de la ciudadanía, la llegada al texto final ha sido tremendamente participativa, socializada hasta el extremo, con episodios apasionantes y otros detestables, con debates, violencias, profundizaciones y consignas. Animamos a consultar las muchas fuentes disponibles para ello, por ejemplo en www.abi.bo o www.opinion.com.bo
[2] Incitamos igualmente a dar lectura a este texto constitucional (http://abi.bo/abi/banner_240_240/nueva_cpe.pdf)

SE ACABÓ LA FIESTA


Desde hace dos semanas, el Correo de Andalucía me publica los viernes una columna de opinión. Esta es la que aparecerá mañana. Concha Caballero
Seamos sinceros: no hubiera sido posible el delirio económico de estos últimos años sin una gran complicidad popular y sin el apoyo político, cuanto menos, de los dos grandes partidos. Al igual que en los años 20 se produjo una especie de capitalismo popular, en el que millones de familias americanas jugaron a la bolsa porque se obtenían ganancias espectaculares, en estos años una gran parte de la población ha jugado a la burbuja inmobiliaria y al consumo desaforado sin pensar que en algún momento el ciclo se iba a terminar.
Todos sabíamos que la especulación inmobiliaria era una amenaza, que los créditos superaban en mucho los bienes reales, pero ¿Quién se resistía a jugar en esta timba gigantesca? ¿Quién no tuvo la tentación de comprar una casa más grande o una segunda residencia? ¿Quién se oponía a incluir en su préstamo hipotecario, la compra de un nuevo coche y el mobiliario completo de la nueva residencia? ¿Quién no ha sentido una “tibieza de hacendado”, al comprobar que su casa multiplicaba su valor, porque “aquí mismo acaban de vender una igual por una cantidad desorbitada”?
Y, ¡ay del que se resistía a estos nuevos tiempos! El que desoía los cantos de sirena del consumo y no vivía por encima de sus posibilidades reales era tachado de antiguo y tacaño. En la escena política las consecuencias han sido también graves. Hemos visto, en estos años, perder alcaldías y posiciones a los pocos políticos que se han negado a planes urbanísticos expansivos y se preocuparon por los temas sociales, mientras que triunfaban los que aprobaban –y gastaban las plusvalías y anticipos- de planes desaforados que cambiaban la naturaleza de nuestra Andalucía.
Sólo en el área metropolitana de Sevilla, habían previsto la construcción de cerca de trescientas mil nuevas viviendas. Si sumamos las previsiones en Andalucía se iban a construir tantas viviendas como para dar cabida a otra comunidad autónoma en nuestro territorio. Las escasas voces que se alzaron contra este disparatado crecimiento no fueron escuchadas ni apenas publicadas. Ahora, como un reconocimiento tardío, ondean las banderolas deslucidas de las constructoras en las carreteras del Aljarafe, como ejércitos derrotados tras el pillaje de las ciudades.
Los ayuntamientos no discutían del empleo, ni de la capacidad productiva de sus municipios, ni de las energías renovables o los servicios sociales, sino de los Planes de Ordenación Urbanística. Las Cajas de Ahorros se convirtieron en agentes especulativos desdeñando inversiones productivas y los gobiernos presentaban complacidos las cuentas quiméricas de un crecimiento económico sin futuro, asegurando que el pleno empleo estaba al alcance de la mano.
Ahora la fiesta –si es que lo fue- ha terminado. Hay culpables y responsables de este desastre, víctimas que lo han perdido todo y verdugos que se han enriquecido, pero apenas hay inocentes. El mercado se había adueñado de nuestras almas. Nuestros deseos se habían convertido en productos, los jóvenes eran la materia moldeable del consumo y bajo la palabrería oficial se ocultaba la falta de valores y de principios de todas nuestras acciones. Tras comprobar que el desarrollismo a ultranza nos deja una herencia de un millón de personas paradas en Andalucía, es el momento de plantearnos un gran cambio de nuestra economía para hacerla más razonable, ecológica y social, pero también es el momento de cambiar nuestras prioridades y nuestros valores.

¡Respuestas a la crisis en Andalucía.¡


Andalucía se encuentra en una situación crítica. Inmersos en la crisis global, sufrimos ahora también las consecuencias de la política desarrollada durante los últimos treinta años: artificialidad del sistema productivo basado en la construcción y en el consumo interno por endeudamiento; pérdida de peso político externo; deterioro de la enseñanza y de nuestra cultura y desmovilización social por la confianza en la gestión de un partido que “representa la izquierda en el imaginario colectivo”, la propaganda hiperrealista de estar “al máximo”, y el miedo a padecer la consecuencias de premios y castigos por una administración patrimonializada. La desvitalización de nuestra vida pública se ha traducido en el bipartidismo.

La crisis global más la crisis interna se manifiesta en la tasa de paro (21,78%), más alta no sólo de España sino de toda la Unión Europea, y lo peor es que no se vislumbra hasta donde puede llegar: ¿ 25%?, incluso el 30%, además del paro encubierto en los sectores públicos.?. Sin embargo, la nota que sorprende ante esta trágica realidad es la pasividad: los clase política mira para otro lado esperando que escampe el temporal mientras que el sufrimiento del Pueblo se hace invisible en los sumideros de los barrios que no existen para la hiperrealidad.

La complejidad de las causas y la ocultación de la realidad por la ideología dominante han determinado que todos los instrumentos analíticos que se utilizan por parte de los partidos que gestionan el actual status quo del sistema se conviertan en inútiles para comprender y por lo tanto para prever el devenir de la realidad social. Cuarenta años de expansión prácticamente ininterrumpida del capitalismo habían hecho creer que un tramo era todo el camino.

Por eso es imprescindible construir una hipótesis de modelización de la actual realidad social que simplifique la complejidad de la explicación, resaltando los elementos más relevantes tanto para poder debatir sobre la situación de emergencia social en la que se encuentra nuestra tierra como para permitir una cierta capacidad predictiva y ofrecer alternativas de intervención social; al mismo tiempo que apoyamos la construcción de un proyecto político fuera de la tradición del siglo XIX que sea capaz de obtener la confianza de los electores y de gestionar la crisis con sentido del presente y sobre todo del futuro, porque nunca hasta ahora el futuro había sido tan decisivo para la política del día a día.

Adelantamos que le idea clave que manejamos es que la ignorancia deliberada de los límites por parte de los poderosos nos ha llevado precisamente, y como no podía ser de otra manara, a una situación límite. Estamos en la crisis de los límites.

Comprender los elementos relevantes de la crisis es una condición para ofrecer una esperanza democrática en Andalucía frente a la carencia de ideas y la falta de capacidad adaptativa que muestra el sistema político autonómico, perplejo ante las cifras de paro que se han precipitado como un alud durante todo el año 2008, con lo que significan de tragedia personal, deterioro social e ineficacia del sistema productivo y por supuesto político.



Rafa Rodríguez.



domingo, 25 de enero de 2009

Poetas andaluces de ahora



El insurrecto
Antonio Manuel


¿Qué cantan los poetas andaluces de ahora? ¿Qué miran los poetas andaluces de ahora? ¿Qué sienten los poetas andaluces de ahora? (Aguaviva. Alberti) No tenía edad para responder en 1975. Tampoco respondí cuando la tuve. Me faltaban las luces necesarias para saberme libre. Hoy sí me atrevo a contestar. Sin miedo. Consciente del enorme precio que pagaré por mi disidencia: No existen poetas andaluces de ahora.

Sólo los poetas podrían suicidarse saltando desde su ego. Existen excepciones, por supuesto. Las mínimas para cumplir la regla. Si como decía Demóstenes, la raza de los poetas es la dueña de la libertad, me temo que los andaluces de ahora se han fabricado sus propias cárceles alicatadas de espejos para mirarse. Porque nadie más los mira. Nadie más los oye. ¿Es que ya Andalucía se ha quedado sin nadie? ¿Es que acaso en los montes andaluces no hay nadie? ¿Que en los mares y campos andaluces no hay nadie? ¿No habrá ya quien responda a la voz del poeta? Claro que hay pueblo con ansia de respuesta. Sólo que no hay poetas (andaluces de ahora) que les dirija la palabra.

Si de verdad existieran, escribirían versos fríos con estadísticas. Hay más de 850.000 desempleados en Andalucía. La tasa de paro más alta de España (21,78%), ocho puntos por encima de la media española y lejísimos de las cifras de Navarra o País Vasco. Los parados andaluces representan casi el 27 por ciento del conjunto del Estado. Más de 400.000 son mujeres. El paro se ha incrementado en Andalucía durante el año pasado en 326.300 personas, un 62,26%. Si contásemos a nuestros emigrantes en otras comunidades, uno de cada tres parados en España sería andaluz.

Dos son los vicios inducidos que garantizan el consentimiento de las masas y la homogenización cultural en el planeta: la negación del espacio y del tiempo. El poeta que acepta estas demoníacas condiciones, se cree universal y eterno. Piensa que no siendo de ninguna parte es de todas. Piensa que anclado en el presente será recordado en el futuro. Y se equivoca por partida doble. El poeta que no se ubica en el espacio y en el tiempo termina devorado por un agujero negro. Quizá existan poetas. Pero no son andaluces. Ni de ahora.

Si de verdad existieran, escribirían versos desesperados contra el secuestro de nuestra democracia por los partidos políticos. Denunciarían la depredación que el urbanismo y la codicia han provocado en nuestros paisajes. Colocarían sus fronteras íntimas a un palmo de su pellejo. Alzarían la voz contra el genocidio identitario que nos ha convertido en animales avaros y soberbios. Si de verdad existieran, sabrían de lo que hablo, se ofenderían, no soportarían el peso de la conciencia, y me retirarían la palabra. Esa que no escriben. Porque prefieren la certidumbre de la esclavitud al riesgo de la libertad.

Cantad alto. Oiréis que oyen otros oídos. Mirad alto. Veréis que miran otros ojos. Latid alto. Sabréis que palpita otra sangre. No es más hondo el poeta en su oscuro subsuelo, encerrado. Su canto asciende a más profundo cuando, abierto en el aire, ya es de todos los hombres.

viernes, 23 de enero de 2009

RESPUESTA ANDALUZA A LA CRISIS



Hoy publico este artículo en El Correo de Andalucía Concha Caballero
"La sombra de Obama planeaba sobre el debate parlamentario de esta semana en la cámara andaluza: todos querían imprimir un toque de sinceridad y de unidad a su discurso. El Presidente de la Junta reconoció, por primera vez, la gravedad de la crisis y los tiempos sombríos en los que vivimos. Por su parte, el señor Arenas contenía a duras penas su confrontación personal, y se ofrecía arrimar el hombro. Pero fuera de la cámara no había un público ilusionado y expectante, sino andaluces cansados, escépticos, que esperan poco de la política. Las cosas han cambiado a una velocidad de vértigo. En menos de un año hemos pasado de la promesa del pleno empleo a la previsión de un millón de parados; de una disponibilidad infinita de crédito a unos bancos cuyas ventanillas están abiertas pero sus arcas cerradas; de un crecimiento desbocado a una recesión sin expectativas; de una crisis financiera limitada a una crisis global que afecta a los mercados, a la producción, el uso de los recursos naturales y la disponibilidad alimentaria.Ante algo nuevo, sin precedentes en la historia reciente, no se puede responder con las viejas recetas, los mismos discursos políticos, idénticas palabras. No es posible, ni siquiera deseable, volver al crecimiento desmesurado de estos últimos quince años. Todo el mundo lo sabe.No es un catálogo de medidas dispersas lo que puede detener la crisis y devolver la ilusión a los andaluces. No se trata tampoco –como apunta la derecha– de gestionar mejor la administración pública ni, mucho menos, de bajar los impuestos y exportar la ruina privada a las arcas públicas. Sólo un cambio en profundidad del modelo económico andaluz puede operar el milagro. Las viejas recetas están demostrando no ser siquiera paliativas y hacen perder un tiempo precioso para la recuperación. Valgan dos ejemplos: los avales a los bancos no hacen circular el dinero hacia la sociedad y se utilizan para consolidar el balance bancario. En cuanto a los ocho mil millones en obras extraordinarias para los ayuntamientos, una vez invertidos –por cierto en un sector sin presencia alguna de mujeres– no consolidarán ni un puesto de trabajo ni nuevos servicios para la comunidad. Se puede, sin embargo, convertir la crisis en una oportunidad para cambiar el signo de la economía andaluza. La respuesta, puede provenir de los sectores hasta ahora marginales del modelo económico: la ecología y el desarrollo social. Si los ciento veinte mil millones de euros en avales a la banca, se hubieran empleado para avalar energías renovables, reciclaje de materiales y todo lo que se conoce como “trabajo verde”, se crearían miles de puestos de trabajo que apuntarían, además, a un nuevo modelo económico. Si los ocho mil millones de euros a los ayuntamientos –que se van a dedicar en su mayoría a obras superfluas– se dedicase a crear una verdadera red de servicios sociales en cada municipio, se crearía bienestar y empleo de calidad.No se puede abordar una crisis estructural con medidas coyunturales. Eso es sólo esperar que la inercia de los tiempos solucione la crisis económica. Y no nos engañemos, aunque la actual crisis económica sea de origen internacional, el foso de la caída se ha excavado con las manos andaluzas que han apostado alegremente por un crecimiento urbanístico desproporcionado y han desdeñado trazar un modelo económico sostenible, social y productivo."

SOS ANDALUCÍA: 850.000 PARADOS EN 2008.

Según los datos proporcionados hoy, 23 de enero de 2009, por el Instituto Nacional de Estadística en su Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2008, hay más de 850.000 personas paradas en Andalucía, lo que representa una tasa del 21,78%.

Andalucía se encuentra en una situación dramática al haber superado la tasa de paro en el 2008 el 20%, concretamente hemos llegado al 21,78%, la tasa de paro más alta de toda España, seguida de Canarias (21,18%) y a 13 puntos porcentuales de Navarra (8.12%) y del País Vasco (8.32%). La tasa media de paro en España en este último trimestre es del 13,91%.

Esto significa que actualmente hay en Andalucía 850.300 personas en situación de desempleo, el 26,50% del conjunto de toda España, de los cuales 446.200 son hombres y 404.200 mujeres, lo que representa unas tasas de paro del 19,70% y del 24,64% respectivamente sobre la población activa.

Rafa Rodríguez
El paro se ha incrementado en Andalucía durante el año 2008 en 326.300 personas, un 62,26% y en el último trimestre del año en 145.700, con un aumento del 20,68% con respecto al tercer trimestre del 2008.

miércoles, 21 de enero de 2009

¡RENTA BÁSICA ANDALUZA YA¡

(Por Rafa Rodríguez)


EL Estatuto de Autonomía para Andalucía, en su artículo 23 en su apartado segundo, ha establecido el derecho social básico de todos los andaluces y andaluzas de disponer de unos ingresos públicos mínimos que garanticen la satisfacción de las necesidades vitales mínimas al establecer que: “Todos tienen derecho a una renta básica que garantice unas condiciones de vida digna y a recibirla, en caso de necesidad, de los poderes públicos con arreglo a lo dispuesto en la ley”.

La situación de paro por el que atravesamos, y las perspectivas de aumento hasta cifras desconocidas y dramáticas, a causa de la fragilidad de nuestro sistema productivo, están provocando que un gran número de andaluzas y andaluces se hayan quedado no sólo sin trabajo sino incluso sin ninguna prestación pública; es más, miles de familias enteras están en una situación límite porque ninguno de sus miembros puede aportar ingreso alguno.

En estas circunstancia es inaplazable la aprobación de la Ley que haga realidad el derecho contenido en el Estatuto de Autonomía acerca de la Renta Básica.

La Renta Básica constituye un eficaz instrumento para erradicar la pobreza severa, la marginación y las situaciones extremas de desigualdad en Andalucía. Según las estimaciones realizadas recientemente más de 500.000 personas están en situación de grave exclusión social, destacando la provincia de Cádiz, con cerca de un 10% sobre la población empadronada, lo que significa que, lejos de haber descendido el umbral de la pobreza, las situaciones extremas de exclusión se dan cada vez en mayor número.

Además de las personas y familias enteras en paro sin derecho a subsidios hay personas en situaciones de grave riesgo social, jubiladas sin derecho a tener una pensión contributiva o que ésta es notoriamente insuficiente; por ruptura familiar donde una de las partes queda sin los medios mínimos para rehacer su vida, sobre todo en el caso de mujeres que optaron por dedicarse de lleno a la familia o con hijos pequeños a cargo, donde la ex pareja no puede o evade garantizar la pensión alimenticia; la inmigración extra o intracomunitaria;, etc.
Cuando acabamos de conmemorar el 60º aniversario de la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos no podemos consentir que miles de personas carezcan en la práctica de sus derechos humanos efectivos porque no pueden acceder a los mínimos vitales. En esta sensibilidad, la construcción nacional de Andalucía tiene como uno de sus principales compromisos lograr una Andalucía libre de miseria.

Andalucía debe emprender una profundización en el Estado del Bienestar, dando respuesta a los nuevos retos que plantea la globalización, con nuevos derechos, nuevas responsabilidades y nuevos sujetos. La pobreza de una parte de nuestros residentes no puede ser ignorada por un Estado que tienen la naturaleza de Social y que tiene en las políticas de servicios sociales uno de sus justificantes legitimadores.

En esta misma dirección se ha manifestado la Comisión Europea desde que la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, de 7 de diciembre de 2000, proclamara, con el fin de combatir la exclusión social y la pobreza, el reconocimiento del derecho «a una ayuda social y a una ayuda a la vivienda para garantizar una existencia digna a todos aquellos que no dispongan de recursos suficientes». Ya en el mes de octubre de 2007, la Comisión ha planteado una nueva estrategia para luchar contra la pobreza extrema basada precisamente en el establecimiento de una Renta Mínima en todos los Estado miembros de la Unión. En este documento se señala que para que la nueva estrategia propuesta tenga éxito “es esencial contar con la participación total de las autoridades públicas a todos los niveles y muy especialmente a nivel local y regional.

La Renta Básica, específicamente diseñada para dar respuesta a las necesidades concretas de Andalucía en los albores del siglo XXI, debe tener al menos las siguientes características:

a) Es una renta periódica en metálico,

b) De cuantía suficiente para atender el mínimo vital.

c) Sobre una base individual,

d) Sin que sean reservadas a personas que hayan cotizado,

e) Destinada a los más pobres,

f) Sin distinción de ciudadanía,

g) Condicionada, cuando forme parte de la población potencialmente activa, a un esfuerzo de inserción y a una disposición de trabajar y al cumplimiento, en su caso, de las responsabilidades sociales para con los hijos.

Por ello, la Renta Social Básica es el umbral mínimo de ingresos al que tendrán derecho todos los residentes que cumplan los requisitos de antigüedad en la residencia, edad, compromiso de inserción y carencia manifiesta de medios y recursos.

El importe de la de la Renta Social Básica consistirá en la diferencia entre los recursos que, en su caso, tenga el beneficiario y la cuantía del Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM) vigente. Su periodicidad será mensual y será compatible con la percepción de otras prestaciones siempre que conjuntamente no superen ese límite.

Debemos impulsar la iniciativa legislativa popular en cualquiera de sus dos modalidades para llevar al Parlamento de Andalucía una Proposición de Ley que haga realidad el derecho a la Renta Básica reconocido en el Estatuto de Autonomía para Andalucía.
¡NINGUNA PERSONA DE ANDALUCÍA CON UN INGRESO MENSUAL INFERIOR A 500€¡

domingo, 18 de enero de 2009

ANDALUCÍA: PAREMOS EL GENOCIDIO

DE PARALELOS Y MERIDIANOS




por Jose Luis Serrano

Un paralelo es el círculo imaginario formado por la intersección de la esfera terrestre con un plano perpendicular al eje de rotación. El Círculo polar ártico, el antártico, el Ecuador, el trópico de Cáncer y el de Capricornio —los cinco paralelos más importantes— determinan también las cinco zonas geográficas del Planeta: las dos glaciares, las dos templadas y la intertropical. A diferencia de los meridianos, los paralelos no son circunferencias máximas porque, salvo el ecuador, no contienen el centro de la Tierra. Por eso tal vez, los paralelos explican la Tierra mejor que los meridianos. A diferencia de estos, los paralelos no dan explicaciones máximas, sino relativas. No contienen el centro del mundo, sino sus interminables periferias. No prescriben un mundo centralizado en Greenwich, sino policéntrico y de longitud variable. No equiparan, sino que diferencian.

Andalucía también se explica mejor en sus paralelos que en sus meridianos. Sus ocho meridianos verticales, casi uno por provincia, son líneas confusas que no nos conducen a ninguna explicación. La misma idea de provincia es ajena a nuestra alma porque, como la humana, el alma nacional andaluza tiene comarcas, regiones y, sobre todo, ciudades, pero no provincias, la expresión administrativa de un alma napoleónica mal leída por los políticos decimonónicos de Madrid.

Los paralelos nos explican mejor. El 37, por ejemplo, nos llevaría desde Tartesos hasta el Algar, desde la desembocadura del Guadalquivir hasta los campos de Níjar, pasando por el corazón de Antequera. La Alhambra está en el paralelo 37 y diez minutos, la Mezquita también con cincuenta y dos minutos, y la Giralda también más veintitrés minutos, latitud norte. Este triángulo imaginario contiene las tres coordenadas geográficas del centro del mundo para los que habitamos esta parte de la Tierra y sabemos, sin embargo, que el mundo, como Andalucía, no tiene centro. El paralelo 36 pasa por la isla de las Palomas, frente a la ciudad de Tarifa y parte en dos el mundo del Estrecho, pero sin dejar claro que esta sea nuestra frontera del sur. Andalucía no es una patria estatal, sino una matria difusa que salta mares. Por el norte, los paralelos son aún más claros en lo difuso. Si hay Andalucía donde hay flamenco entonces los campesinos de Talayuela en el norte de Cáceres, por donde pasa el paralelo 40, son andaluces porque cantan los mismos villancicos que los flamencos del Sacromonte de Granada, y los valencianos hasta Castellón son andalusíes que hablan catalán, a voces, como nosotros, para que el Santo Oficio no piense que le estamos rezando a otro dios cuando murmuramos.

Los paralelos nos explican y nos des-explican. Una aparente contradicción, pero justo eso somos los andaluces: unidad compleja. Latitud norte sí, pero el Sur por excelencia. Una vieja nación, sí, pero que nunca ha tenido estado, ni ganas. Una actitud anarquizante, un espíritu altivo que, sin embargo, se doblega hoy ante partidos cuya sede y preocupación está en el barrio de Salamanca, en Getafe o en Rivas. Un pueblo de paz, pero con siglos de guerra. Una nación sensible, pero desorientada; contemporánea, pero antigua; ancestral, pero colonizada.

Un centenar de andaluzas y andaluces han decidido comenzar a trazar los paralelos ideológicos que nos definen y nos difuminan, que nos separan y nos unen. Para ello han abierto una revista digital que se llama “Paralelo 36" (http://www.paralelo36.org)/), como podía haberse llamado 37 o 38, porque lo importante no es el número, sino el paralelo que nos centra y nos descentra con relación a nuestro sur relativo y a nuestro norte relativo. Bienvenidos sean y buena travesía tengan por los complejos mares profundos de lo andaluz universal.

Jose Luis Serrano

EL GRAN AVISO (segunda parte)




Por Rafael Rodríguez

SOBRE LA CRISIS DIFERENCIAL DE ANDALUCÍA.


Naturaleza y causas de la crisis diferencial andaluza.

La hipótesis que se defiende en este trabajo es que Andalucía durante los últimos veinticinco años ha pasado del subdesarrollo a un desarrollo en gran parte ficticio y dependiente, entendiendo por tal una situación que, bajo una apariencia de progreso motivada por el fuerte crecimiento del PIB (una media del 3,69 % entre el 2000 y el 2007, frente a un 3,39 % en España en ese mismo período); la generación de un efecto “riqueza” por la revalorización de los activos inmobiliarios y una permanente campaña institucional para “crear” esta realidad, esconde una debilidad estructural que no se corresponde con esa apariencia, porque nuestra economía y nuestra sociedad carecen de bases sólidas articuladas, sobre todo por la falta de inversión en la cualificación de los factores productivos: medio físico, formación, capital y tecnología; el sucursalismo político y la sustitución de nuestro propio imaginario cultural por un imaginario cultural mercantilista, lo que ha provocado una situación subalterna dentro de España y de la UE que afecta a todos los ámbitos sociales andaluces.

Durante este período se ha desaprovechado una coyuntura única en nuestra historia para realizar las reformas estructurales necesarias e impulsar una autonomía real basada en una verdadera conciencia de Pueblo, en nuestros propios valores culturales. La coincidencia de la restauración de la democracia, la instauración de la autonomía y la integración en la Unión Europea podía haber supuesto para Andalucía un impulso de renovación en todos los aspectos. Por el contrario ahora nos encontramos en unas circunstancias de extrema debilidad ante la crisis.

La economía española ha sufrido un desplome sin precedente en el último año: más de un millón de nuevos parados en doce meses hasta llegar a los tres millones; crecimiento negativo del PIB después de estar por encima del 3% de forma continuada desde el inicio
del siglo y déficit público desde un cómodo superávit. Un indicador muy significativo es el diferencial de rentabilidad del bono de deuda pública a 10 años español con el alemán. Al instaurarse el Euro estaban a la par, diez años después hay una diferencia de más de 80 puntos porcentuales, lo que indica la minusvaloración de la economía española en los mercados internacionales.

Pues bien, a pesar de este contexto tan negativo, la realidad andaluza muestra un agudo signo diferencial ante el desconcierto y la pasividad de nuestro sistema político y sin que la ciudadanía parezca que lo haya percibido en toda su extensión. El sistema bipartidista andaluz representa un modo extremo de hiperrealismo que oculta la realidad de un crecimiento “líquido” basado en la burbuja inmobiliaria y el endeudamiento masivo de empresas y familias, sin límites ambientales o éticos, sobre la construcción de un imaginario consumista que está destruyendo los históricos valores comunitaristas. El sistema productivo, que ha utilizado nuestro patrimonio natural para generar beneficios en gran parte de naturaleza especulativos, está fuertemente desarticulado, tiene una baja productividad y es poco competitivo internacionalmente a causa de su especialización en actividades con escaso valor añadido

El contexto.

En el primer número de la revista PARALEO 36 (1) algunos hemos caracterizado la actual crisis como una crisis estructural y tendencial del capitalismo globalizado que optó, como salida a la crisis del 68, por una vía en la que se obviaban los límites internos y externos de la producción, sobre todo como estrategia para vencer en la arena de la opinión pública al bloque socialista e impedir su renovación, rechazando el camino propuesto por el Club de Roma. Una de las medidas más importante en este sentido fue la suspensión de la convertibilidad del dólar en oro en 1971 (2).

Para ocultar la irracionalidad de un sistema que no tenía en cuenta sus propios límites, los poderosos han tenido que diseñar un sistema de dominación basado en la construcción social de una ficción sustentada sobre la manipulación y la ocultación de la realidad, hasta
que la interacción del crack de la artificial industria financiera, el cambio climático y el horizonte del fin del petróleo como energía barata y de la escasez de alimentos, que los han convertido en el punta de mira de los especuladores, han desatado una crisis global sin precedente que ha paralizado toda la economía al mismo tiempo que ha provocado una intervención in extremis de los Estados para apuntalar los principales núcleos del capitalismo.

La ideología dominante trata de imponer una versión de la crisis en la que no responsabilice al sistema capitalista ni a los gobiernos. La debilidad de una respuesta alternativa desde la sociedad está permitiendo la consolidación de un relato que sitúa la “culpa” de una crisis, a la que se quiere caracterizar como exclusivamente financiera internacional, ocasionada por la “inmoralidad” y la “codicia” de una serie de banqueros e inversores y en el fallo técnico de las instituciones de control sobre los mismos, lo que ha tenido unas consecuencias “psicológicas” sobre los mercados al provocar la desconfianza generalizada de todos los agentes económicos, pero que tendrá un alcance temporal limitado a partir del cual “todo volverá a ser como antes”, así que cuanto antes recuperemos la confianza en forma de consumo indiscriminado antes terminará la crisis. Curiosamente mientras que las leyes económicas de la oferta y la demanda tratan de explicar hasta el último rincón de nuestra intimidad, parece que las explicaciones sobre la economía se sustentan ahora en la psicología y en la moral.

Lo que proponemos.

A través de PARALELO 36 queremos difundir una nueva forma de hacer política con “P mayúscula de proyecto”, donde no tenga lugar el engaño o la ocultación, desde lo auténtico, no desde lo ilusorio. Sabemos que luchamos en terreno hostil, pero nos adaptaremos para cambiarlo.

Desde nuestro punto de vista no se trata de dar recetas para la crisis sino de proponer una estrategia de transición hacia otro modelo anclado en nuestra propia realidad, en la realidad de Andalucía como nación tal como descifró Blas Infante. Para esto intentaremos describir
en primer lugar cual es la realidad diferencial de Andalucía en esta crisis, aportando información convencional relevante (3).

En segundo lugar propondremos medidas para salir de la crisis con un alto contenido anticapitalista, nacionalista y ecologista, sin perder de vista las necesidades inmediatas de todas las personas de Andalucía. La conjunción de ambas perspectivas es imprescindible si queremos romper la tenaza paralizante del sueño teórico y de la gestión sin proyecto que sólo sirve para perpetuarse en el poder. Ninguna de las dos actitudes sirve para afrontar los cambios que Andalucía necesita en el siglo XXI. Proponemos un camino de transición propio que no signifique una vuelta atrás sino una vía democrática de salida del capitalismo, como interesa al 99% de la población, en nuestro territorio, desde nuestro tiempo, desde la innovación de las ideas, donde puedan anidar todas las aportaciones sociales y científicas.

Trataremos igualmente de conjugar la perspectiva global, donde se desarrolla la crisis, con la perspectiva andaluza, nuestro espacio político y vital prioritario, y con la perspectiva española y europea en cuya estructura institucional participamos. Desde Andalucía debemos contribuir a potenciar una línea de pensamiento y acción que tenga como piedra angular la estrategia política del realismo mediante la planificación de un horizonte de decrecimiento controlado de los procesos metabólicos: consumo de materiales y energías no renovables, incluido el territorio, y producción de residuos y factores contaminantes


Nuestra alternativa se basa en la interacción de dos grandes ideas:

a) En el concepto de autonomía real en todas sus dimensiones: económica, cultural, política y territorial. Para ello es necesario acometer reformas estructurales que a su vez tiene como requisito imprescindible la participación activa y consciente del Pueblo andaluz.

b) Las consecuencias que se derivan del conocimiento de los límites físicos, materiales y energéticos, de nuestra biosfera; de los límites internos del sistema productivo capitalista y de los límites éticos que necesita la convivencia libre y pacífica.

Describiremos en primer lugar algunas diferencias que hacen a Andalucía un territorio con un sistema social especialmente frágil ante la crisis internacional para luego establecer las líneas de una alternativa frente a la crisis.
2. ALGUNOS HECHOS DIFERENCIALES.

Introducción.

Para percibir con nitidez la realidad diferencial de Andalucía vamos a exponer los principales factores que indican nuestra situación de debilidad en relación con la media española. Esta situación contrasta con la publicidad institucional basada en que Andalucía está “imparable” o que está “al máximo”, lo que no deja de ser una práctica hiperrealista extrema.

Hay que tener en cuenta que representamos el 17,77% de la población y el 17,31% del territorio del conjunto del Estado, es decir población y territorio están muy equilibrados aunque la densidad en Andalucía es un poco mayor que la media española.
Estas referencias permiten valorar con facilidad cualquier otra información con la proporción “normal” de Andalucía con respecto a España, pero hay que tener en cuenta que cuando una variable indica una desigualdad relevante es necesario reivindicar la progresividad inversa de los flujos financieros y de la inversión para que se cumpla el principio de equidad.

A simple vista se puede comprobar la mala situación en la que nos encontramos sin que se vislumbre además alternativa alguna. Basta con ver que el 27% de los parados en España están en Andalucía y que según los datos del mes de diciembre de 2008 ya hay más de 123.000 personas en nuestra tierra que no cobran ninguna prestación o subsidio del INEM, porque, sin duda, la realidad diferencial más dura en Andalucía es el paro. Por eso cualquier proyecto de futuro tiene que tener como prioridad la creación de puestos de trabajo y la puesta en marcha de un sistema universal de protección a través de una renta básica.


1. El paro.

La tasa de población activa en Andalucía es inferior a la española en más de dos puntos diferenciales. La población activa andaluza representa el 16,74% del total de la población activa de España, mientras que el peso de la población andaluza total es del 17,77% frente a la española y la población mayor de 16 representa el 17,3%, según datos de la EPA referentes al tercer trimestre de 2008

Sin embargo la población ocupada andaluza representa sólo el 15,42% de la población ocupada española y la tasa de paro es del 18,33% frente a la 11,33% de la española ya de por sí elevada en comparación con la tasa de paro del 7,7% de la eurozona o del 6,7% de EE.UU.

Estas diferencias se intensifican en cuanto a la realidad de la mujer trabajadora andaluza. La diferencia entre la tasa de actividad andaluza y española radica precisamente en la menor tasa de actividad de la mujer andaluza. Lo mismo ocurre con la tasa de paro femenina que al sobrepasar los 20 puntos es la que realmente marca la diferencia con la española.
Las perspectivas son sencillamente dramáticas no siendo impensable que podamos alcanzar el millón de parados a finales del 2009 mientras que la población ocupada puede descender a los 3 millones y la tasa de paro ascender al 25%. Si esto llega a ocurrir los parados y paradas sin cobertura podrían suponer hasta el 30% del total de parados, es decir, unas 300.000 personas, al mismo tiempo que el déficit público español puede haber superado en 2009 el 5%, lo que dificultaría la disposición de recursos para hacer frente a la situación.


2. La composición del PIB y la productividad.

De la comparación del VAB andaluz y español se puede deducir fácilmente que el VAB de Andalucía es inferior a lo que le correspondería por su población: un 14.1% frente a un 17’77 %.
El único sector productivo que está muy por encima de la media española es la agricultura. El sector servicios y el de la construcción están un poco por encima de la media mientras que el sector industrial está muy por debajo de la media española.

Por lo tanto, la economía directamente productiva representa (agricultura + industria) tan solo el 16,5% del total del VAB andaluz mientras que sólo la construcción representa el 13,1%, lo que da una idea de las consecuencias que está teniendo sobre nuestra economía la explosión de la burbuja inmobiliaria y las dificultades de absorber en otros sectores el empleo de la construcción, que aún representa cerca del 13% de los ocupados andaluces.
Según datos de la Contabilidad regional de España (base 2000) publicados por el INE, referentes a 2007, el PIB per cápita andaluz representa el 77,5% de la media española.

El pasado diciembre, EUROSTAT difundió las estimaciones de PIB por habitante, medido en paridad de poder adquisitivo (PPA) para los 27 Estados de la UE, desagregado por regiones europeas. Andalucía, en el Estado Español ocupa la penúltima posición antes que Extremadura mientras que el País Vasco y Madrid ocupan la primera posición.


Igualmente, el INE acaba de hacer pública la renta Disponible Bruta del sector hogares, por habitante, del año 2006. Andalucía ocupa también la penúltima posición después que
Extremadura, mientras que el País Vasco y Navarra ocupan las primeras posiciones. 11 territorios superan la media española mientras que 8 se sitúan por debajo.



4. El déficit exterior.

En los diez primeros meses del año el déficit comercial intracomunitario y extracomunitario de Andalucía se ha situado en 9.136,2 millones, un 37,3% más que en el mismo período del año anterior según datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, hechos públicos a finales de diciembre de 2008. En España el déficit de ha situado en 81.189,5 millones lo que representa un incremento del 1% respecto al mismo período del año anterior. Este diferente comportamiento es uno de los elementos negativos de mayor trascendencia de la economía andaluza, que muestra el grado de dependencia exterior de nuestra demanda que no se ha ralentizado aún a pesar de la crisis


5. El déficit tecnológico.

Especial importancia tiene, como causa de nuestra crisis diferencial, la brecha tecnológica de Andalucía respecto a la media española, ya de por sí atrasada con respecto a la media
comunitaria. Los datos más recientes ofrecidos por INE en sus diferentes acciones estadísticas son suficientemente elocuentes:

Esta brecha se agranda cuando se trata de la alta tecnología

Por lo tanto adquiere una importancia decisiva toda la acción pública y privada tendente a la convergencia tecnológica con España así como disponer de una red de centros científicos de Andalucía coordinados con las universidades y los espacios tecnológicos industriales, orientados a la investigación en sectores y actividades sostenibles.


6. El déficit energético.

Andalucía presenta una elevadísima tasa de dependencia energética exterior superior al 94%. En efecto, en el año 2006 el consumo procedente de fuentes autóctonas, según el proyecto de Plan Andaluz de Sostenibilidad Energética, se situó en 1.152 ktep., por lo que, teniendo en cuenta el consumo total de energía primaria en este año, el grado de autoabastecimiento energético de Andalucía alcanzó tan sólo el 5,6%

El incremento del consumo de energía primaria desde 1995 ha sido muy superior a la media española y europea a causa del tipo de desarrollo económico que se ha promovido en nuestra tierra.

Al igual que en la energía primaria, Andalucía sigue dependiendo en un porcentaje muy elevado de los derivados del petróleo.

También hay que destacar el descontrol territorial y urbanístico en la construcción de instalaciones solares que representan un bajo porcentaje de instalaciones en tejados y cubiertas así como la no resolución de los problemas de conexión a la red y de venta de las compañías eléctricas: repsol y gas natural.


7. El deterioro ambiental y territorial.

El tipo de modelo económico andaluz que ha tenido en la construcción su principal pilar ha provocado la destrucción de gran parte de nuestro patrimonio natural. En estos últimos veinticinco años el expolio del medio ambiente ha sido el mayor de nuestra historia. Dos cuestiones son especialmente graves: el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero y la ocupación artificial indiscriminada del territorio.

Las emisiones de gases de invernadero en dióxido de carbono (CO2) equivalente han aumentado en Andalucía un 85% entre 1990 y 2007. Las emisiones de Andalucía representan el 15,4% del total de España, mientras que nuestra industria representa solo el 10% de la española. Las industrias del sector energético en Andalucía (centrales termoeléctricas y refinerías de Huelva y Algeciras) son responsables de una parte considerable de las emisiones.

En un reciente documento Greenpeace (4) ha denunciado el aumento de las superficies artificiales en los últimos años, debido sobre todo al incremento de las superficies urbanas difusas y de las superficies ocupadas por autovías y autopistas, asimismo destaca la pérdida de un 40% de los ríos y cauces naturales en la última década. Las irregularidades urbanísticas como en el caso de El Algarrobico; las parcelaciones y construcciones ilegales, atentados como progresiva destrucción de la Vega de Granada e incluso la tala de la “arboleda perdida”, el bosque de Bahía Blanca en el Puerto de Santa María, son ejemplos conocidos del desastre medioambiental andaluz.


8. El fracaso escolar.

El porcentaje de personas que finalizan con éxito la enseñanza secundaria obligatoria en relación al total de la población que tienen 16 años, edad teórica de finalización de dicha etapa, es una información relevante para conocer los resultados del sistema educativo.
Otro indicar básico es el porcentaje de jóvenes que continúa su formación más allá de las etapas obligatorias. Dada esta relevancia, se considera abandono escolar prematuro al hecho de que jóvenes de 18 a 24 años que han alcanzado como máximo la enseñanza secundaria obligatoria no sigan estudios posteriores.


Especialmente grave es la quiebra de nuestro sistema educativo en una triple perspectiva: educativa, social y económica. Recientemente Pedro Ruiz Morcillo denunciaba la “progresiva carencia de formación humanística y científica del alumnado, el avanzado deterioro de la convivencia en los centros educativos y como consecuencia de ambos, la resignada desmotivación que se va produciendo en el profesorado” (5). Además, el fracaso escolar y la desculturización de amplias capas de toda una generación de jóvenes son sin duda el peor legado que este sistema ha producido, justamente cuando lo que más necesitamos, especialmente frente a la crisis, es una alta cualificación de nuestros recursos humanos.

La quiebra del sistema educativo andaluz tiene lugar, además, en el contexto de una homogenización cultural internacional producto de la globalización que ha adquirido una profundidad hasta hoy desconocida. El imponente poder determinante del mercado es el único que actúa realmente en el terreno cultural, imponiendo sus pautas. Al mercado pertenecen, por lo demás, los supremos educadores: la publicidad y la televisión, sin que los Poderes Públicos contrarresten con la defensa de valores alternativos. En Andalucía, Canal Sur practica u populismo a granel lo que potencia una pseudocultura banal que está desplazando nuestra auténtica cultura como la mala moneda desplaza a la buena. La destrucción de la cultura andaluza, continuada durante 25 años, está produciendo una catástrofe cultural en general pero especialmente entre la juventud con claras consecuencias de anomia cultural, pérdida de las señas de identidad andaluza y comportamientos violentos, abriendo una brecha cultural intergeneracional.

9. Zona de riesgo.

Un indicador básico que mide el nivel de dependencia de un territorio es la intensidad de instalaciones de alto riesgo que alberga. Andalucía, a principios de los años ochenta, consiguió evitar la instalación de centrales nucleares, pero desde entonces no ha disminuido riesgo de catástrofe nuclear y medioambiental por la existencia de bases militares de la OTAN en Rota, Morón y Gibraltar e incluso han aumentado los riesgos de accidentes con gravísimas consecuencias ecológicas sobre todo en el Estrecho. Las bases militares están fuera de todo control como lo demuestra su utilización para operaciones encubiertas de la CIA o el permanente trasiego de submarinos nucleares.

El cementerio nuclear de El Cabril será el destinatario del el 95% de los residuos que irán generando el cierre de las centrales nucleares en España, lo que supondrá almacenar unas 176.300 m3 de residuos. Ya en este año de 2009 está prevista la finalización de la actividad en Santa María de Garona.

Por el Estrecho de Gibraltar transitan anualmente unos 100.000 buques de los más de un 65% son mercantes. En sus aguas se realizan avituallamiento o bunkering por magnitudes superiores a los 7 millones de toneladas de fuel marítimo anuales. Los puertos de Algeciras y Gibraltar, en los que fondean anualmente más de 30.000 buques, no comunican sus movimientos aunque ambos puertos comparten bahía y canales marítimos. Los accidentes y los vertidos de fuel han sido constantes durante los últimos años.

Además, la Junta está apoyando la construcción de un oleoducto de 200 kilómetros desde Huelva a Los Santos de Maimona, que, además de atravesar los Parques Naturales de Sierra de Aracena y Picos de Aroche, generaría un tráfico anual de más de 100 petroleros frente a las costas de Doñana.

Andalucía también presenta una concentración de presos superior a cualquier otro territorio de la Unión Europea.

Los presupuestos sanitarios de las CCAA son el índice de la sensibilidad social de las distintas CCAA y evidencian la capacidad de las mismas para asegurar la atención sanitaria de los ciudadanos, más allá de las altisonantes declaraciones habituales. La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública ha analizado los presupuestos sanitarios de las CCAA presentados para su aprobación en los correspondientes parlamentos autonómicos, calculando lo que suponen en gasto sanitario per capita, cuyas cifras están recogidas en la tabla adjunta.

A pesar de la mala situación de Andalucía en dotación de camas hospitalarias, el esfuerzo presupuestario en materia de salud es realmente escaso.

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Esta infradotación en el gasto público sanitario explica, entre otros factores, las carencias más significativas de los servicios de salud: abultada listas de espera, mala organización de las urgencias, falta de personal sanitario suficiente y falta de medios y de infraestructuras.


11. La falta de alternancia como indicador de la baja calidad democrática de nuestro sistema político.

Con un 18% de paro, que casi triplica el paro de la eurozona, a menos de un año de las últimas elecciones, sólo se explica que el Gobierno andaluz siga alcanzando mayorías absolutas por la red clientelar que ha tejido y la irrealidad que ha trasladado mediante la propaganda institucional, aprovechando los niveles de desinformación del cuerpo electoral andaluz, al que prometió el pleno empleo en esta legislatura.

La permanencia en el poder de forma ininterrumpida del PSOE ha generado un verdadero régimen basado en la patrimonialización de las instituciones autonómicas y en la utilización de los recursos públicos para perpetuarse en el poder lo que ha provocado una amplia corrupción social mediante la normalización del clientelismo.

El sistema democrático andaluz resulta anómalo frente a las alternancias de gobiernos que se han producido en otros nieles territoriales como el español o el municipal. En Andalucía nunca, desde la constitución del Parlamento y del Gobierno autonómico, ha habido alternancia.

El sistema se basa en los siguientes mecanismos:

A) Pacto entre la burocracia del PSOE y los poderes fácticos representados por la burocracia de la CEA consistente en un reparto de las zonas de poder político y el económico. B) Estructuración del imaginario político andaluz en una confrontación nominal entre la izquierda y la derecha alimentada en gran medida por el componente autonomista o centralista de los discursos, sin que la

confrontación entre andalucismo y centralismo tenga un espacio autónomo de identificación política. C) Desactivación de la autonomía andaluza, imponiendo las elecciones conjuntas. D) Sustitución de la cultura andaluza, la cultura de la relación, del contacto, de la tolerancia y de la resistencia, por un imaginario mercantilista y unos restos folclóricos de nuestro acervo cultural. E) Una administración autonómica dualizada y patrimonializada, usada como instrumento para premiar y castigar a amigos y enemigos aunque haya implicado un importante grado de ineficacia pública. F) El control directo de los medios de comunicación públicos autonómicos en especial de Canal Sur.





Para esta construcción se ha evitado realizar las reformas estructurales para no generar conflictos, practicando una política de subvenciones con beneficios a muy corto plazo y emitiendo un doble discurso: nominalmente un discurso de izquierda, de logros y de sostenibilidad, frente a una práctica hiperliberal y de fomento del clientelismo. Con ello consiguen al mismo tiempo el voto popular y el apoyo de los poderes fácticos.

El doble discurso ha fomentado los pensamientos automáticos, los prejuicios inducidos a fuerza de repetirse por los medios de comunicación, bloqueando cualquier nueva reflexión sobre nuestra realidad e impidiendo que existe un debate social que aborde nuestros verdaderos problemas, en definitiva desactivando la sociedad civil andaluza. Se ha logrado invertir el que la sociedad condicione a los poderes públicos por un poder público capaz de condicionar a la sociedad. Ahora el bipartidismo asegura mejor este modelo.

Paralelamente hemos perdido peso político en España, excepto por la importancia numérica que representamos en el conjunto del cuerpo electoral español. Poco queda de aquel tiempo en el que conseguimos modificar la distribución del poder territorial en España. Hemos desaparecido de la información política de los medios de comunicación aunque copamos las secciones de suceso y del corazón.

3. REFERENTES PARA UNA ALTERNATIVA.


Introducción.

La interacción del principio de autonomía real y el de la aceptación de los límites internos y externos encuentra una feliz síntesis en la expresión de Serge Letuche de reterritorializar la vida. Nos esperan tiempos difíciles en los que es necesario combinar medidas coyunturales para evitar las peores consecuencias de la crisis, las reformas estructurales para afrontar las causas profundas de la misma y la previsión de disponibilidad de recursos suficientes para asegurar el mínimo vital a todas las personas de Andalucía.

Las campañas electorales han girado en torno al mensaje implícito de que era posible que viviéramos por encima de nuestras posibilidades reales: menos impuesto y más consumo es el paradigma de la felicidad que los líderes políticos del bipartidismo insisten en ofrecernos. No importa que para ello los recursos se hurtaran de la necesaria reforma que requería nuestra economía escasamente cualificada pero altamente impactante, especulativa y consumista.

Los cambios necesarios exigen de forma urgente nuevos objetivos, otro tipo de liderazgo político, otra forma de entender la empresa y la Administración Pública y una nueva cultura social que extraiga la energía de nuestras propias raíces.

Ya expusimos que las reformas estructurales se deberían haber abordado durante los últimos veinticinco años pero desgraciadamente tendremos que hacerla ahora en condiciones más difíciles. Sin embargo “la crisis económica da una oportunidad para que la economía de los países ricos adopte una trayectoria distinta con respecto a los flujos de energía y materiales” (6). La racionalización del sistema productivo no puede estar causada por el retraso o la pobreza sino por el desarrollo tecnológico y la eficiencia en la producción y el consumo, ligados a otro paradigma de felicidad.

Andalucía como el resto de Comunidades Autónomas carece de competencia significativas sobre las políticas de demanda residenciadas en la Unión Europea (política monetaria) o en el Estado español (políticas fiscales) pero tiene amplísimas competencias tanto en servicios públicos como en políticas de oferta. Creemos que el impulso público no debe centrarse en el consumo indiscriminado, cuando incluso el crédito a las familias a caído en un 95% durante el año 2008, sino en la inversión productiva sostenible y en la reforma de los servicios públicos.

Cuanto más dramática se hace la situación: paro, aumento de la desigualdad, desprotección social, desconfianza en el futuro, inseguridad ciudadana, xenofobia, más imprescindible es una política de distribución igualitaria de la riqueza y una profundización en la participación social frente a los populismos autoritarios.

Creemos que es indispensable establecer nuestra alternativa en al menos dos niveles territoriales: el conjunto de Andalucía y las realidades comarcales. A nivel andaluz es necesario tener el poder político propio para diseñar nuestro camino de salida de la crisis, obtener los recursos necesarios, influir y conectarnos en los ámbitos español, europeo e internacional y tener la capacidad de apoyo estratégico para el conjunto del sistema social andaluz.


Economía.

Las medidas improvisadas ante una crisis desconocida que ha paralizado la actividad económica y originado una extraordinaria volatilidad en los mercados no han conseguido reactivar la economía productiva pero están agotando los mecanismos tradicionales que han utilizado los gobiernos al perder el margen de maniobra tanto fiscal como monetario: el endeudamiento y la bajada de tipos de interés están dejando prácticamente sin capacidad operativa a los Estados frente a las manifestaciones de la crisis en la economía real.

Andalucía además carece de instrumentos financieros con los que poder inyectar liquidez a las PYMES y a las familias. Las instituciones financieras, que han recibido ayudas estatales sin precedente, están subiendo el diferencial de los préstamos a pesar de la bajada de tipos de interés del BCE, disminuyendo los plazos de las pólizas de crédito y aumentando sus garantías, aunque, según el IEA, el beneficio neto de la banca andaluza (bancos, cajas y cooperativa) durante 2007, llegó casi a los 3.000 millones, un 27% más que el año anterior.

Proponemos las siguientes medidas:

1. Banca andaluza pública sobre la base de las Cajas y Cooperativas de crédito que asegurar crédito a PYMES y a familias. Aunque poco tiempo esta propuesta hubiese parecido utópica, en estos momentos sólo se diferencia de los que están haciendo los gobiernos incluso de EE.UU. y del RU. en que sería proactiva y no reactiva. La pérdida de ahorros, el cierre masivo de empresas o la falta de liquidez están poniendo en una situación límite a las familias y al tejido productivo andaluz por lo que es imprescindible el control público de parte de nuestro sistema financiero.
2. Apuesta total por las energías renovables y la industria del reciclaje.
3. Fomento del ahorro y nuevas pautas de consumo ligados a nuestro imaginario cultural propio y no al imaginario mercantilista y al Reformas estructurales.
4. Reforma postindustrial del sistema productivo sobre la base de las nuevas tecnologías y las industrial no contaminantes y la cualificación de los factores productivos
5. Incorporación de los costes reales medioambientales de reproducción y contaminación a la producción y el consumo.
6. Desarrollo de los nuevos bienes comunes que están generando la revolución tecnológica como innovadoras herramientas para la creación de mercancías, sobre todo el sofware libre.
7. Reforma agraria ligada a una nueva cultura del agua agricultura ecológica.
8. Economía abierta al exterior y disminución de la demanda externa para equilibrar nuestra balanza de pagos.
9. Cooperativas de productores, distribuidores y consumidores, conectados a través de internet, con garantía de seguridad pública. 10. Revolución de los transportes de mercancías.

Territorio

El diseño concreto de la una otro modelo tiene que establecerse a escala comarcal. Las reformas estructurales deben tener una base comarcal ya que Andalucía es demasiado grande y el municipio demasiado pequeño para articular la economía y las relaciones sociales. Proponemos la creación de “Economías Comarcales Organizadas” como unidades operativas para la reforma estructural de nuestro sistema social y económico, sobre la base de Planes Integrales territoriales que establezcan una estrategia comarcal al menos sobre:

1. Integración de la producción y la distribución.
2. Reforma agraria sobre la base de una nueva cultura del agua.
3. Suficiencia energética renovable.
4. Políticas activas de empleo y formación hacia los sectores prioritarios comarcales.
5. Red de centros y servicios de asistencia social.
6. Asignación de la huella ecológica en función de su propia naturaleza comarcal.
7. Sistema comarcal de I+D+I sobre la base de los recursos públicos y privados y los espacios empresariales tecnológicos.
8. Red de infraestructuras de cercanías públicas o no motorizadas.
9. Red de espacios protegidos y espacios libres.
10. Seguridad ciudadana y laboral. Planta comarcal de juzgados, en particular de juzgados específicos de violencia sobre la mujer.
11. Patrimonio cultural, creatividad y valores etnográficos.
12. Distribución comarcal de los compromisos de Kyoto.

Gobernanza.

La crisis ha sido sobre todo política porque ha demostrado la ineficiencia del sistema para preverla. El sistema político andaluz está ausente siendo sin embargo un actor imprescindible para afrontarla. En necesario dotarlo de al menos dos elementos: poder real propio y democratización. Al mismo tiempo es imprescindible afrontar la reforma administrativa para optimizar todos los recursos.

Es necesario un doble objetivo. Por una parte, asegurar el mínimo vital básico a todas las personas de Andalucía y por otro conseguir un funcionamiento eficiente de los servicios públicos lo que requiere, en todo caso, la reforma urgente de la enseñanza y la justicia.

Las medidas “anticrisis” a favor de la banca y de “estímulo” al consumo; la caída de los ingresos y el aumento de los gastos sociales y las reformas fiscales del gobierno, que han beneficiado a las rentas superiores a los 100.000 €, sobre todo la reforma del IRPF y la supresión del Impuesto del Patrimonio, han supuesto un deterioro de las cuentas públicas que puede poner en peligro a medio plazo incluso los recursos para el subsidio del paro y las pensiones.

1. Posición propia ante la reforma de la financiación autonómica y la financiación local.
2. Reforma del sistema electoral: mayor representatividad, garantía de elecciones propia y limitación de mandatos.
3. Reforma de la Administración Pública y control del gasto para contener el déficit. Desaparición de las Diputaciones y reducción del número de Consejerías.
4. Cambio en RTVA, especialmente en el Canal sur sobre la base de la neutralidad y la calidad con supresión de la publicidad.
5. Derecho universal a la Renta Básica.
6. Derecho público subjetivo a la vivienda.
7. Financiación de la enseñanza y de la sanidad en consonancia al menos con la media española.
8. Plan extraordinario de formación semipresencial: la Universidad Digital de Andalucía. (UDA). 9. Reforma de la Justicia.
10. Desnuclearización y desmilitarización de Andalucía.
11. Autoridad marítima única en el Estrecho y prohibición del bunkering.
12. No autorización del oleoducto.
13. Reforma penitenciaria.

Andalucía, enero de 2009.

ANDALUCIA ANTE LA FINANCIACIÓN AUTONÓMICA





Por Concha Caballero

El Presidente del Gobierno ha repetido en varias comunidades autónomas la misma afirmación: “Ustedes van a ser los mayores beneficiados por el nuevo sistema”.Esto produce una automática desconfianza ya que es imposible que todas las comunidades sean las “más beneficiadas”. O el sistema es muy ambiguo, o faltan por definir los números y las prioridades.
El gobierno ha tenido la habilidad política de garantizar a las comunidades –preocupadas y sedientas de recursos- al menos los recursos actuales y ha afirmado que pondrá más dinero sobre la mesa, lo que explica que ninguna se pronuncie abiertamente contra la propuesta, incluso desobedeciendo –en el caso del PP- a su dirección estatal.
Sin embargo, se produce una primera exclusión, ya habitual en nuestro sistema político, y es la de que el modelo ha dejado fuera el espinoso y acuciante tema de la financiación municipal.
La propuesta del gobierno aumenta de forma importante las cesiones de impuestos a las comunidades de forma que se les asigna el 50 por ciento del IRPF y del IVA –anteriormente 33 y 35 por ciento respectivamente-. Aparentemente estas cesiones multiplican la financiación de las comunidades, pero en la realidad no va a funcionar así, dado que se prevé una caída importante de la recaudación de todos los impuestos, a la que el gobierno ha contribuido con sus recientes reformas fiscales (entre ellas la estúpida desaparición del impuesto sobre el patrimonio). Estas dos cesiones determinan prácticamente la suficiencia de las comunidades, con lo cual se arrastra el viejo problema: Madrid (por su alta recaudación) tendrá sobre-suficiencia, Cataluña alcanzará la suficiencia completa, mientras que Andalucía tendrá que seguir dependiendo del fondo de suficiencia o de otros fondos que se crean. No es de extrañar, por tanto, la amplia sonrisa con la que Esperanza Aguirre recibió el nuevo modelo, mucho más cuando le otorga la facultad de alterar los tramos impositivos del IRPF.
¿Cómo afectará, sin embargo, el nuevo modelo de financiación a Andalucía? ¿Se va a cumplir el nuevo Estatuto de Autonomía? Vayamos por partes.
Andalucía aumentará su suficiencia financiera pero estaremos aún muy lejos de alcanzarla en su totalidad. En otras palabras, seguiremos dependiendo de negociaciones de fondos estatales que aún están por concretar. Como aspectos positivos, se ha conseguido introducir el criterio de población como eje para la determinación del gasto y hay un cierto acercamiento a posturas federales avanzadas con la creación de un Fondo de Garantía de Servicios Fundamentales.
No se satisfacen, sin embargo, los mandatos de convergencia establecidos en el Estatuto, ya que se van a arbitrar a través de dos Fondos el de Competitividad , o lo que es lo mismo, un fondo para las comunidades ricas –que contrariamente al Estatuto de Autonomía van a ser recompensadas por su “capacidad fiscal”- y un fondo para pobres, el de Cooperación, que aparece sin detallar. Para completar el puzzle financiero el gobierno afirma que se crearán otros recursos adicionales con un batiburrillo de criterios que van desde prestaciones sociales a normalización lingüística.
La aspiración andaluza de duplicar el Fondo de Cooperación Interterritorial, queda absolutamente desdibujada en el texto. Y, en cuanto a la deuda histórica –aunque se trata de un asunto bilateral- se está incumpliendo el Estatuto ya que a estas fechas debería estar cuantificada y, en breves días, abonada.
Como se puede observar, demasiadas dudas e incógnitas para que el gobierno andaluz, en vez de seguir reclamando y concretando aspectos, alce las campanas al vuelo más preocupado por su prestigio político en el estado que por los resultados reales que se derivan para Andalucía.
Es tiempo de reclamación, de alternativas, de buscar la mejor concreción del sistema. Se suele decir que la presión de otras comunidades beneficia a todas y no es cierto. Sin embargo se ha demostrado que la única fuerza que armoniza el sistema, que lo vuelca hacia la igualdad y la redistribución, es la presión de Andalucía. Hemos sido los andaluces los que hemos reclamado la garantía de servicios públicos; el cálculo de la financiación por habitantes y no por recaudación; la prioridad de la convergencia en el gasto e inversión que se destinan a las personas en todo el territorio. Se trata ahora de conseguir que sean las piezas esenciales del sistema y no un adorno del nuevo modelo.

LA CRISIS EN ANDALUCIA



Manuel Clavero Arévalo


Andalucía sufre tres crisis diferentes, sin que la causa esté en ella y que son la financiera, la del petróleo y la de la construcción. La financiera ha tenido su origen en Estados Unidos, por una ambición sin límite de algunos financieros y por una falta de fiscalización de los organismos de control porque la economía de libre mercado necesita regulación y control. En Estados Unidos, en el Reino Unido, en Francia, entre otros Estados, han tenido que intervenir para evitar la quiebra de grandes bancos con aportaciones dinerarias públicas muy cuantiosas, aunque algunas entidades han ido a la quiebra. En Andalucía y en España la crisis financiera no ha sido tan grande, se dice que por el riguroso control del Banco de España sobre las entidades financieras, sin embargo éstas carecen de liquidez lo que reduce enormemente la posibilidad de otorgamiento de créditos, sin los cuales los empresarios, especialmente los pequeños y medianos, no pueden invertir, lo que produce una paralización económica, especialmente sensible en una economía débil como es la andaluza.

La falta de actividad económica está produciendo en Andalucía muchos expedientes de regulación de empleo, unos de empresas domiciliadas en Andalucía y otros de empresas foráneas que, como en el caso de Cerámica Bellavista, han llevado las movilizaciones de trabajadores andaluces a la misma Barcelona. Quizás sea el sector agrícola el menor afectado, por la crisis, pero, ante la paralización de la construcción, muchos trabajadores andaluces que trabajaban en ella han vuelto al campo, desplazando a los inmigrantes empleados en la agricultura. Los medios de comunicación nos informan que vegetan especialmente por las provincias de Córdoba y Jaén en plena recolección de la aceituna de molino.

Cité en segundo lugar la crisis del petróleo, producida por el fuerte incremento del precio del crudo, lo que provocó una gran subida en la inflación, en los intereses de las hipotecas y en el precio de los productos. Afortunadamente en los meses de noviembre y diciembre el precio del petróleo ha descendido enormemente, produciéndose en consecuencia una disminución en la inflación, en los intereses de las hipotecas y en el precio de los productos.

En tercer lugar la crisis de la construcción ya que no se venden las viviendas que se edifican, a diferencia de lo ocurría hace año y medio, cuando se vendían todas las que se construían. Esta crisis está produciendo gran paro no solo en las empresas de la construcción, sino en las que le suministraban los artículos que la hacían posible como ladrillos, muebles, hierros, cristales etc. etc. Esta crisis es especialmente grave en Andalucía ya que la construcción es una actividad porcentual más importante que en España, pues en el año 2007 era del 12,2% de la actividad económica nacional y en Andalucía del 14,7%.

Como en Andalucía la pobreza es mayor que en España y también el porcentaje del paro, la situación es socialmente preocupante. En el libro “Contra el letargo andaluz”, de Alejandro Rojas Marcos, publicado en el año 2004, se decía que la pobreza en Andalucía es más severa que en el resto de España, ya que uno de cada tres andaluces vive por debajo del umbral de la pobreza, cuando en España es uno de cada siete y en la Unión Europea uno de cada once. Todo ello está produciendo el desbordamiento de los comedores sociales y de las solicitudes de ayudas a las Cáritas andaluzas.

Cuando las causas de las crisis están fuera de Andalucía, es difícil remediarla desde aquí. El 15 de noviembre de 2008, se reunieron en Estados Unidos los Jefes de Estado y de Gobierno, para refundar el capitalismo; en Europa también se han reunido los Jefes de Estado y de Gobierno para adoptar medidas comunes y en España, el Gobierno está acordando diversas decisiones que con la mejor intención está aumentando grandemente el déficit del Estado. En Andalucía mencionaré tan solo el llamado “proyecto estrella” con vigencia hasta 2012 y con el objetivo de construir 132.000 VPO y 135.000 actuaciones de rehabilitación. Treinta y tres entidades se han comprometido para financiar 9.550 millones de euros. Los Ayuntamientos también han recibido ayudas para financiar proyectos que mitiguen el paro.

Con independencia de lo que hagan los poderes públicos, tenemos que plantearnos lo que cada uno de nosotros individualmente podemos hacer. Quienes tengan tiempo libre, emplearlo en colaborar con las instituciones sociales desbordadas y los que tengan dinero darlo, en la mayor medida posible, a entidades como Cáritas y demás entidades que hayan acreditado su eficacia en ayudar a los pobres.

¡VIVA NEBRERA!


El insurrecto
Antonio Manuel

Hace un año que la plataforma “Andaluces por unas elecciones propias” solicitó apoyo a los partidos con representación parlamentaria en Cataluña, Galicia y Euskadi. Las únicas comunidades, junto con Andalucía, que pueden convocar sus elecciones autonómicas en cualquier fecha. Yo redacté personalmente el escrito de adhesión y yo mismo lo envié. Algunos medios no andaluces se hicieron eco de la propuesta. Conseguido. Ése era el propósito. Salvar la invisibilidad y los obstáculos informativos dentro de Andalucía llevando la noticia más allá de la Mariánica. Si el resto de los españoles conocen y denuncian el atropello democrático que se comete en nuestra tierra, quizá de paso se enteren los andaluces. Casualmente, unos días después, Manuel Chaves anunció en su programa electoral que se podrá estudiar gallego, catalán y euskera en nuestras escuelas oficiales de idiomas y universidades, “con el objetivo de que los andaluces puedan trabajar en cualquier rincón de España”. Jugada maestra. Rápidamente saltaron como alimañas los cómplices del bipartidismo y todo quedó en un embate dialéctico entre PSOE y PP difuminado por la campaña electoral. Como era previsible, ningún partido gallego, vasco o catalán se atrevió a manifestar su apoyo a nuestra causa. Pasó la tormenta. Y nadie recuerda nada.

El mismo fundamento de distracción e hipocresía se esconde tras las reacciones socialistas a las palabras de Nebrera. Nadie habla de la evidente incompetencia de Magdalena Álvarez. Nadie analiza los pormenores de su desastrosa gestión. Todos al cuello de la catalana que ha fomentado el andalucismo con más gancho que Pacheco en sus mejores tiempos. Negreda ha metido la pata por decir en voz alta lo que piensa una gran mayoría de españoles. Incluso los propios andaluces creen hablar mal. Y la culpa del prejuicio recae en quienes fomentan el uso del vallisoletano en los programas serios, marginando nuestra lengua vehicular para las expresiones más folclóricas y esteriotipadas. Hace unas semanas le pregunté a Vázquez Medel, expresidente del Consejo Audiovisual de Andalucía, por qué disimulan y falsean su manera de hablar los presentadores de nuestra radiotelevisión autonómica, en contra del sentido común y del estatuto andaluz. Su respuesta fue brutal: “Yo mismo lo propuse y la Junta escondió la propuesta. Por esa y otras miles de presiones por el estilo, no tuve más remedio que dimitir”.

Igual que ocurrió con los insultos a Blas Infante por parte de Vidal-Quadras, las palabras de Nebrera han despertado el andalucismo interesado y electoralista que hiberna en los militantes y parásitos del régimen. Con nosotros nos metemos nosotros mismos pero nadie más. El problema no reside en su conocida doble vara de medir, sino en la completa desaparición del andalucismo político. Antes no se le escuchaba. Ahora no existe. Para los que se saben perdedores, la derrota no consiste en perder sino en dejar de luchar. Y somos muchos los que no dejaremos de luchar en conciencia. En nuestra lengua. Aunque perdamos.

LA UNIVERSIDAD TUTELADA


Estas reformas se guían por el “modelo de éxito”: las universidades estadounidenses. Y como la regla de oro de la comunicación es simplificar, cuando la discusión entra por la puerta la complejidad salta por la ventana. Todo se reduce al choque entre los defensores de la emulación con los resistentes al “American way of University”. Simplicidad de la que se quejan las autoridades, pero que nada han hecho por evitar.
Las autoridades han elegido gobernar sin deliberar, algo tan poco democrático como estéril. Al demonizar la protesta, olvidan que el nivel de democracia lo marca la tolerancia con el heterodoxo y el crítico. Y al evitar el espacio público ignoran que la crítica puede evitar la reforma, pero que la indiferencia la hace inútil: gobernar a pesar de la sociedad es fracasar. Políticos que como la ministra Garmendia confunden publicidad y propaganda, o que como el consejero Vallejo hacen del silencio su mejor argumento, ya han fracasado. No entienden que la participación no es el argumento de quien no tiene nada que decir, sino de quien sabe que el cambio no surge de los asentimientos pasivos, sino con las implicaciones activas.
Las reformas que miran a la Universidad sólo como organización formadora e investigadora pasan por alto lo que la hace insustituible: frente a las Iglesias que institucionalizan la Verdad, la Universidad institucionaliza la duda. Y dudar es vital en un mundo desbocado (Giddens), donde las amenazas son los frutos de nuestros éxitos: el cambio climático, la crisis económica, la miseria persistente... Esta sociedad del riesgo necesita una nueva división de poderes (Beck) que dé autonomía a la principal fuerza de la modernidad: el conocimiento. Porque no podemos arriesgarnos a que esté sometido al Estado-policía post 11-S o el mercado globalizado. Dudar nos inmuniza del saber sacralizado (saber es poder) y nos devuelve la sabiduría socrática del que cuanto más sabe más consciente es de su ignorancia.
Los gobiernos descalifican el conocimiento autónomo para endosarle su fracaso: universidades como torres de marfil que producen parados. Así justifican que haya que tutelar aquellas desde el “mundo real”. El problema es que hay alternativas para formar profesionales y hacer investigación aplicada, pero nadie puede sustituir a la Universidad como garante del conocimiento autónomo. Cuyos éxitos no se reconocen, y los hay.
La alarma sobre el cambio climático no la dieron los organismos estatales legalmente responsables, sino la feliz coalición entre el debate científico y su publicitación por la sociedad (ecologistas). Y respecto a la actual catástrofe económica, sus causas apuntan al mercado y a los economistas que han hecho de la ciencia una mala técnica. ¿De verdad están el Estado o el mercado en condiciones de tutelar a nadie? Sabemos de otros conocimientos tutelados, tan avanzados técnicamente como fracasados: ahí están la pseudobiología soviética de Lysenko y los planes quinquenales. Podemos discutir si el capitalismo derrotó a la URSS, pero quizás todos terminemos siendo víctimas de ir contra la autonomía que postuló Kant.
Necesitamos cambiar la política universitaria, abrirla al espacio público y poner las bases de un conocimiento autónomo tanto del mercado como de la “innoburocracia” (los apóstoles gubernamentales de la innovación). La pregunta relevante no es por Bolonia: es si la política actual sirve para evitar una Universidad tutelada.

Paralelo36Andalucia: Un lugar de Encuentro


En el paralelo 36 se encuentra una tierra de contrastes, de gentes acostumbradas a tener que conquistar sus derechos con sudor y esfuerzo, una tierra que avanza pero que demasiadas veces se conforma y se detiene; una tierra de larga y ejemplar historia pero que a veces olvida que es ella misma quien debe labrar su futuro si quiere progresar con igualdad y justicia. Es nuestra tierra, Andalucía.

Y ahora, desde este Paralelo 36 un grupo de hombres y mujeres andaluces hacemos un llamamiento a la reflexión y ofrecemos un compromiso sincero para la acción, convencidos como estamos de que vivimos tiempos complicados y que quizá sean más difíciles aún en el futuro, porque mientras los poderosos de todo el mundo se protegen y cuentan cada vez con más privilegios, los desfavorecidos de todas clases se encuentran inseguros, frustrados y lamentablemente silenciosos y separados.

Y sobre todo, porque tenemos la convicción de que si los andaluces no le hacemos frente con mucho más protagonismo político y participación ciudadana a las crisis y a la deriva individualista y neoliberal de nuestra época, no habrá manera de salir nunca de la situación periférica y de dependencia en la que seguimos encontrándonos a pesar de disfrutar de autogobierno desde hace ya bastantes años, aquí, en el paralelo 36.

1. Un mundo lleno de lamentables paradojas
Vivimos tiempos de grandes cambios. De innegables avances y de un progreso extraordinario. Alrededor del 60% de todos los inventos de la historia de la humanidad se han hecho y aplicado en los últimos cuarenta años, pero en ese tiempo la desigualdad entre el mundo rico y el pobre han pasado de 30 a 1 a más 70 a 1 y, entre otras cosas, se ha provocado la desaparición de casi 800 especies animales y se calcula que, solo por efecto de la acción destructiva del ser humano en ese cortísimo periodo histórico, está en peligro de desaparecer el 40% de todas las reconocidas.

Nunca hubo tantos recursos a nuestra disposición ni mejores medios para poder disfrutarlos pero 900 millones de personas pasan hambre y 1.500 millones están severamente desnutridas. Tenemos a nuestro alcance las tecnologías más sofisticadas pero 2.600 millones de personas no disponen de saneamiento básico y 4.900 niños mueres cada día solo por beber agua en mal estado. Pero casi ningún medio de comunicación se hace eco de todo esto que, en palabras del ex relator de las Naciones Unidas para la Alimentación, Jean Ziegler, constituye un “crimen contra la humanidad”.

Vivimos una época gran progreso, es verdad, pero también de grandes desigualdades y de miserables mitos y falsedades formuladas para que las gentes no tomen conciencia de lo que realmente sucede.No es verdad, por ejemplo, que haya falta de recursos y que eso sea lo que provoca el hambre y el padecimiento de miles de millones de personas.

Según las Naciones Unidas, bastaría con disponer de más o menos un 5% de los ingresos de las 250 personas más ricas del mundo, o de lo que en unos 15 días se gasta en todo el mundo en armamento, para financiar los programas que permitirían que ningún ser humano sufriera las carencias básicas en materia de alimentación, salud, vivienda, educación, saneamiento o vivienda.

Nos dicen que vivimos en un mundo globalizado pero ocultan que, como señalaban también las Naciones Unidas en un informe reciente sobre el desarrollo humano, la realidad es que al finalizar el siglo XX, el 65% de la humanidad no había hecho nunca llamada telefónica y que solo un porcentaje ínfimo de la población pobre del mundo, la gran mayoría, ni está conectada a internet, ni disfruta de ninguna manera de los avances de los que se siente ufana y orgullosa la quinta parte privilegiada del planeta.


2. Más allá del triunfalismo: orgullo de Andalucía con espíritu crítico
Andalucía y los andaluces vivimos en medio de todas estas tristes paradojas y de hecho también las sufrimos en mayor o menor medida. Hemos dispuesto de más dinero y de gran autonomía en los últimos años. Pero apenas si se ha modificado nuestra posición relativa con el entorno.

La tasas de paro andaluza es el doble que la catalana y la de riesgo de pobreza es casi quince puntos más alta que la de Cataluña y ocho más que la de España. El número de familias con rentas menores de 9.000 euros al año es el doble que el de Cataluña. Según un informe de La Caixa de 2005, el 93,24% % de población andaluza vive en municipios con renta familiar disponible por habitante menor de 10.200 euros. En Cataluña, ese porcentaje era del 0% y en España del 37,49%. En las encuestas de calidad de vida, el 60% de los andaluces afirma que no han podido ir al dentista por falta de ingresos, quince puntos por encima del porcentaje catalán.

Mientras que en nuestra tierra se edita solo el 8% del total de libros editados en España, en Cataluña se edita el 28,16%; y el porcentaje de hogares con acceso a internet en Andalucía en 2006 (27%) es casi quince puntos más bajo que en Cataluña (41,8%).

Nuestros dirigentes políticos se sienten ufanos de que Andalucía registre tasas de crecimiento económico por encima de las nacionales e incluso europeas. Pero ocultan que esa tasa se mide mediante el Producto Interior Bruto, un indicador que no tiene en cuenta la calidad de la actividad económica que se genera, ni el endeudamiento en el que se basa, ni, lo que es peor, los perversos efectos que está generando en términos de desigualdad y de impacto sobre el medio ambiente.

Nuestra economía crece más pero mantenemos el diferencial en desempleo, en riesgo de pobreza y en calidad de vida. Aumenta el PIB pero eso no evita que alrededor del 60% de las familias andaluzas no pueden permitirse una semana de vacaciones al año o que casi una de cada tres esté en riesgo de pobreza, o en pobreza estricta si los indicadores tomaran como referencia la Unión Europea que es el contexto real de políticas y mercados en el que nos encontramos. Y crece el PIB pero es a costa de que Andalucía lidere el lamentable ranking español de destrucción del litoral, o de que docenas de municipios se lancen a permitir la construcción de miles de viviendas para la especulación y que, por tanto, quizá nunca lleguen a ser habitadas por nadie porque es materialmente imposible que su población se multiplique por cinco o diez veces, como se ha panificado en muchos de ellos.

Crece el PIB e incluso crecen las cifras de empleo pero se oculta que, según la Agencia Tributaria, el 61% de los asalariados andaluces ganaba en 2006 menos de 1200 euros y el 38% menos del salario mínimo. Y crece el PIB mientras que las mafias más peligrosas y corruptas de mundo se instalan en nuestra poblaciones, muchas veces, como ha señalado el Instituto Andaluz de Criminología, atraídas por el desorden urbanístico y por las condiciones tan favorables para el negocio fácil que nuestras autoridades se han esforzado por establecer.

Es evidente, pues, que los andaluces vivimos también en el croazón de esta gran paradoja de nuestro tiempo, la del progreso gigante junto a la miseria, la del avance asimétrico que lleva a unos seres o tierras mucho más adelante que a otros, la de la inercia y el conformismo en un mundo que, sin embargo, cambia vertiginosamente, casi día a día de manera inexorable.Son las paradojas complejas, tristes muchas veces y hasta criminales con las que convivimos en nuestra época. La mayoría de las veces ocultas y a menudo disimuladas para evitar que los seres humanos seamos conscientes de ellas, pero que, precisamente por ello, hemos de empeñarnos en comprender, difundir y combatir.


3. Descorrer el velo y afrontar los problemas
Nuestra civilización dispone de los medios de comunicación más sofisticados, eficaces y poderosos de toda la historia. Por sí solos permitirían la información más completa y extensiva y la participación popular más amplia en la toma de decisiones, pero la realidad no es esa. Los medios se conforman como instrumentos de adormecimiento al servicio de los grandes poderes, la información es banal, segmentada, muchas veces manipulada, parcial y descontextualizada. No se dedican a proporcionar las claves auténticas de los problemas sociales, ni siquiera los datos con que los ciudadanos podrían analizar y pronunciarse con fundamento sobre todo tipo de cuestiones sociales.

Y así, la democracia, donde existe, es cada vez menos deliberativa y, por lo tanto, menos auténtica. Las decisiones más importantes se adoptan en organismos en donde no hay participación ciudadana y el poder real se desentienden de las instancias representativas. Hoy día, el poder no reside auténticamente en los gobiernos ni en las instituciones democráticas sino preferentemente en los mercados, lo que es lo mismo que decir en las grandes empresas, en los bancos, en los grupos informales a los que no tenemos acceso los ciudadanos normales y corrientes.

Y los propios medios de comunicación están secuestrados a la participación social. Los privados porque son propiedad de las grandes empresas y de los bancos, y los públicos porque son serviles al comercio y a los intereses de los políticos que en cada momento gobiernan. Y así resulta que en la llamada sociedad de la información los ciudadanos están en realidad más incomunicados que nunca, aislados y ensordecidos por flujos de información comercializados, redundantes y banalizados que en lugar de aclarar y proporcionar conocimiento no hacen sino contribuir a lo que Jean Baudrillard calificó como el crimen perfecto de nuestra época: el asesinato de la verdad.

Las democracias, incluida por supuesto la nuestra, son cada vez más limitadas. No hay espacios sociales concebidos para la amplia deliberación social y, en consecuencia, las decisiones se toman con el concurso cada vez más limitado de los privilegiados.

Y, para colmo, los vehículos de representación tradicionales, los partidos y sindicatos, se han identificado plenamente con el sistema, están adheridos a él a causa de su dependencia o de su ceguera para percibir y hacer frente a los nuevos problemas sociales y son tan esclavos de sus miserias que ya no sirven ni para contribuir a desvelar la naturaleza real de nuestra sociedad ni, mucho menos, para encabezar proyectos de profunda y liberadora transformación social.

Todo ello es especialmente grave cuando los problemas sociales no solo se hacen más opacos, como consecuencia del espacio vergonzante en donde se resuelve el poder, sino también más difíciles de percibir y resolver porque son cada vez más complejos.Ya no hay problemas sociales que sean unos económicos, otros políticos, culturales, educativos..., es decir, de naturaleza singular e individualizada.

Hoy día, los problemas de nuestra sociedad tienen componentes entrelazados que han de ser contemplados en toda su integridad. No es posible afrontar, por ejemplo, los problemas de las actuales crisis financiera o de los alimentos sin cuestionar al mismo tiempo lo que está sucediendo en las esferas de poder, en las políticas medioambientales, en las pautas de consumo, en la conformación de los valores sociales, en los estilos de vida, en el desarrollo y aplicación de las tecnologías, en el desigual papel de los géneros...

Por todo ello es por lo que nos parece imprescindible abrir las puertas a un nuevo estilo de análisis, al pensamiento complejo que una los diferentes elementos de la realidad en lugar de separarlos, como viene haciendo el pensamiento tradicional que hoy todavía domina la manera convencional y dominante de pensar. Que integre lo que está desunido y que sistematice lo que está confuso.


4. La convergencia en paralelo, nuevas formas de pensar, nuevas formas de hacer política
Las mujeres y los hombres que nos hemos convocado bajo el nombre de PARALELO36Andalucia participamos de una misma y diversa asambleas e ideas, sentimientos e y sueños. Queremos debatir, compartir , pensar, imaginar criticar , inventar otras formas de organizar la vida en común. PARALELO36 es un proyecto cultural y un laboratorio de ideas y experiencias colectivas en nuestra tierra Andalucía.

PARALELO36 se articula entorno a dos ejes de intervención: una revistas electrónica trimestral y la organización y mantenimiento de espacios de reflexión y debate tales como foros , blog, seminarios , jornadas...

Nos organizamos en un consejo de redacción y edición de la revista y a una red de nudos de reflexión-.Nos une una cierta idea de Andalucía, diversa y libre, enmarcada en España y en Europa, abierta al mundo , dueña de su destino, solidaria con su historia y constructora de su identidad.

Nuestra Andalucía es un proyecto colectivo que nos previene de la unformización, depredadora y mercantil, y nos impulsa a hacia formas de modernización reflexiva y alternativa. Decía Manuel Machado que lo andaluz es siempre “algo que se mezcla con otro algo”, soñamos con una Andalucía que siga renovando, en un mundo globalizado, el arte político del mestizaje. Nos une en fin los referentes ideológicos de la ecología política, del igualitarismo social, de la alterglobalización, de los derechos humanos, del feminismo, de la democracia radical y del republicanismo.

Pero no se trata de almacenar todos estos discursos en el saco de la confusión posmoderna sino de hacer el esfuerzo permanente de la convergencia ideológica que pueda darnos una visión unitaria de lo que ocurre, de los acontecimientos, de lo real en fin.

Queremos volver a conectar el pensamiento y la acción social. Analizar nuestra realidad y hacerlo desde el compromiso con la verdad pero también con los intereses colectivos. En un momento en que la ciencia dominante oculta las ideas en aras de la descripción de la realidad y que las ideologías oculta la realidad en virtud de las ideas: queremos ayudar a reconstruir el `puente entre ideología y realidad.

Y todo esto queremos hacerlo en el PARALELO36, donde la “ ética de la alegría” que la cultura andaluza nos ha legado, es siempre fuente de compasión y de potencia, de prudencia y de coraje, de sensibilidad y de astucia.