domingo, 18 de enero de 2009

EL GRAN AVISO (segunda parte)




Por Rafael Rodríguez

SOBRE LA CRISIS DIFERENCIAL DE ANDALUCÍA.


Naturaleza y causas de la crisis diferencial andaluza.

La hipótesis que se defiende en este trabajo es que Andalucía durante los últimos veinticinco años ha pasado del subdesarrollo a un desarrollo en gran parte ficticio y dependiente, entendiendo por tal una situación que, bajo una apariencia de progreso motivada por el fuerte crecimiento del PIB (una media del 3,69 % entre el 2000 y el 2007, frente a un 3,39 % en España en ese mismo período); la generación de un efecto “riqueza” por la revalorización de los activos inmobiliarios y una permanente campaña institucional para “crear” esta realidad, esconde una debilidad estructural que no se corresponde con esa apariencia, porque nuestra economía y nuestra sociedad carecen de bases sólidas articuladas, sobre todo por la falta de inversión en la cualificación de los factores productivos: medio físico, formación, capital y tecnología; el sucursalismo político y la sustitución de nuestro propio imaginario cultural por un imaginario cultural mercantilista, lo que ha provocado una situación subalterna dentro de España y de la UE que afecta a todos los ámbitos sociales andaluces.

Durante este período se ha desaprovechado una coyuntura única en nuestra historia para realizar las reformas estructurales necesarias e impulsar una autonomía real basada en una verdadera conciencia de Pueblo, en nuestros propios valores culturales. La coincidencia de la restauración de la democracia, la instauración de la autonomía y la integración en la Unión Europea podía haber supuesto para Andalucía un impulso de renovación en todos los aspectos. Por el contrario ahora nos encontramos en unas circunstancias de extrema debilidad ante la crisis.

La economía española ha sufrido un desplome sin precedente en el último año: más de un millón de nuevos parados en doce meses hasta llegar a los tres millones; crecimiento negativo del PIB después de estar por encima del 3% de forma continuada desde el inicio
del siglo y déficit público desde un cómodo superávit. Un indicador muy significativo es el diferencial de rentabilidad del bono de deuda pública a 10 años español con el alemán. Al instaurarse el Euro estaban a la par, diez años después hay una diferencia de más de 80 puntos porcentuales, lo que indica la minusvaloración de la economía española en los mercados internacionales.

Pues bien, a pesar de este contexto tan negativo, la realidad andaluza muestra un agudo signo diferencial ante el desconcierto y la pasividad de nuestro sistema político y sin que la ciudadanía parezca que lo haya percibido en toda su extensión. El sistema bipartidista andaluz representa un modo extremo de hiperrealismo que oculta la realidad de un crecimiento “líquido” basado en la burbuja inmobiliaria y el endeudamiento masivo de empresas y familias, sin límites ambientales o éticos, sobre la construcción de un imaginario consumista que está destruyendo los históricos valores comunitaristas. El sistema productivo, que ha utilizado nuestro patrimonio natural para generar beneficios en gran parte de naturaleza especulativos, está fuertemente desarticulado, tiene una baja productividad y es poco competitivo internacionalmente a causa de su especialización en actividades con escaso valor añadido

El contexto.

En el primer número de la revista PARALEO 36 (1) algunos hemos caracterizado la actual crisis como una crisis estructural y tendencial del capitalismo globalizado que optó, como salida a la crisis del 68, por una vía en la que se obviaban los límites internos y externos de la producción, sobre todo como estrategia para vencer en la arena de la opinión pública al bloque socialista e impedir su renovación, rechazando el camino propuesto por el Club de Roma. Una de las medidas más importante en este sentido fue la suspensión de la convertibilidad del dólar en oro en 1971 (2).

Para ocultar la irracionalidad de un sistema que no tenía en cuenta sus propios límites, los poderosos han tenido que diseñar un sistema de dominación basado en la construcción social de una ficción sustentada sobre la manipulación y la ocultación de la realidad, hasta
que la interacción del crack de la artificial industria financiera, el cambio climático y el horizonte del fin del petróleo como energía barata y de la escasez de alimentos, que los han convertido en el punta de mira de los especuladores, han desatado una crisis global sin precedente que ha paralizado toda la economía al mismo tiempo que ha provocado una intervención in extremis de los Estados para apuntalar los principales núcleos del capitalismo.

La ideología dominante trata de imponer una versión de la crisis en la que no responsabilice al sistema capitalista ni a los gobiernos. La debilidad de una respuesta alternativa desde la sociedad está permitiendo la consolidación de un relato que sitúa la “culpa” de una crisis, a la que se quiere caracterizar como exclusivamente financiera internacional, ocasionada por la “inmoralidad” y la “codicia” de una serie de banqueros e inversores y en el fallo técnico de las instituciones de control sobre los mismos, lo que ha tenido unas consecuencias “psicológicas” sobre los mercados al provocar la desconfianza generalizada de todos los agentes económicos, pero que tendrá un alcance temporal limitado a partir del cual “todo volverá a ser como antes”, así que cuanto antes recuperemos la confianza en forma de consumo indiscriminado antes terminará la crisis. Curiosamente mientras que las leyes económicas de la oferta y la demanda tratan de explicar hasta el último rincón de nuestra intimidad, parece que las explicaciones sobre la economía se sustentan ahora en la psicología y en la moral.

Lo que proponemos.

A través de PARALELO 36 queremos difundir una nueva forma de hacer política con “P mayúscula de proyecto”, donde no tenga lugar el engaño o la ocultación, desde lo auténtico, no desde lo ilusorio. Sabemos que luchamos en terreno hostil, pero nos adaptaremos para cambiarlo.

Desde nuestro punto de vista no se trata de dar recetas para la crisis sino de proponer una estrategia de transición hacia otro modelo anclado en nuestra propia realidad, en la realidad de Andalucía como nación tal como descifró Blas Infante. Para esto intentaremos describir
en primer lugar cual es la realidad diferencial de Andalucía en esta crisis, aportando información convencional relevante (3).

En segundo lugar propondremos medidas para salir de la crisis con un alto contenido anticapitalista, nacionalista y ecologista, sin perder de vista las necesidades inmediatas de todas las personas de Andalucía. La conjunción de ambas perspectivas es imprescindible si queremos romper la tenaza paralizante del sueño teórico y de la gestión sin proyecto que sólo sirve para perpetuarse en el poder. Ninguna de las dos actitudes sirve para afrontar los cambios que Andalucía necesita en el siglo XXI. Proponemos un camino de transición propio que no signifique una vuelta atrás sino una vía democrática de salida del capitalismo, como interesa al 99% de la población, en nuestro territorio, desde nuestro tiempo, desde la innovación de las ideas, donde puedan anidar todas las aportaciones sociales y científicas.

Trataremos igualmente de conjugar la perspectiva global, donde se desarrolla la crisis, con la perspectiva andaluza, nuestro espacio político y vital prioritario, y con la perspectiva española y europea en cuya estructura institucional participamos. Desde Andalucía debemos contribuir a potenciar una línea de pensamiento y acción que tenga como piedra angular la estrategia política del realismo mediante la planificación de un horizonte de decrecimiento controlado de los procesos metabólicos: consumo de materiales y energías no renovables, incluido el territorio, y producción de residuos y factores contaminantes


Nuestra alternativa se basa en la interacción de dos grandes ideas:

a) En el concepto de autonomía real en todas sus dimensiones: económica, cultural, política y territorial. Para ello es necesario acometer reformas estructurales que a su vez tiene como requisito imprescindible la participación activa y consciente del Pueblo andaluz.

b) Las consecuencias que se derivan del conocimiento de los límites físicos, materiales y energéticos, de nuestra biosfera; de los límites internos del sistema productivo capitalista y de los límites éticos que necesita la convivencia libre y pacífica.

Describiremos en primer lugar algunas diferencias que hacen a Andalucía un territorio con un sistema social especialmente frágil ante la crisis internacional para luego establecer las líneas de una alternativa frente a la crisis.
2. ALGUNOS HECHOS DIFERENCIALES.

Introducción.

Para percibir con nitidez la realidad diferencial de Andalucía vamos a exponer los principales factores que indican nuestra situación de debilidad en relación con la media española. Esta situación contrasta con la publicidad institucional basada en que Andalucía está “imparable” o que está “al máximo”, lo que no deja de ser una práctica hiperrealista extrema.

Hay que tener en cuenta que representamos el 17,77% de la población y el 17,31% del territorio del conjunto del Estado, es decir población y territorio están muy equilibrados aunque la densidad en Andalucía es un poco mayor que la media española.
Estas referencias permiten valorar con facilidad cualquier otra información con la proporción “normal” de Andalucía con respecto a España, pero hay que tener en cuenta que cuando una variable indica una desigualdad relevante es necesario reivindicar la progresividad inversa de los flujos financieros y de la inversión para que se cumpla el principio de equidad.

A simple vista se puede comprobar la mala situación en la que nos encontramos sin que se vislumbre además alternativa alguna. Basta con ver que el 27% de los parados en España están en Andalucía y que según los datos del mes de diciembre de 2008 ya hay más de 123.000 personas en nuestra tierra que no cobran ninguna prestación o subsidio del INEM, porque, sin duda, la realidad diferencial más dura en Andalucía es el paro. Por eso cualquier proyecto de futuro tiene que tener como prioridad la creación de puestos de trabajo y la puesta en marcha de un sistema universal de protección a través de una renta básica.


1. El paro.

La tasa de población activa en Andalucía es inferior a la española en más de dos puntos diferenciales. La población activa andaluza representa el 16,74% del total de la población activa de España, mientras que el peso de la población andaluza total es del 17,77% frente a la española y la población mayor de 16 representa el 17,3%, según datos de la EPA referentes al tercer trimestre de 2008

Sin embargo la población ocupada andaluza representa sólo el 15,42% de la población ocupada española y la tasa de paro es del 18,33% frente a la 11,33% de la española ya de por sí elevada en comparación con la tasa de paro del 7,7% de la eurozona o del 6,7% de EE.UU.

Estas diferencias se intensifican en cuanto a la realidad de la mujer trabajadora andaluza. La diferencia entre la tasa de actividad andaluza y española radica precisamente en la menor tasa de actividad de la mujer andaluza. Lo mismo ocurre con la tasa de paro femenina que al sobrepasar los 20 puntos es la que realmente marca la diferencia con la española.
Las perspectivas son sencillamente dramáticas no siendo impensable que podamos alcanzar el millón de parados a finales del 2009 mientras que la población ocupada puede descender a los 3 millones y la tasa de paro ascender al 25%. Si esto llega a ocurrir los parados y paradas sin cobertura podrían suponer hasta el 30% del total de parados, es decir, unas 300.000 personas, al mismo tiempo que el déficit público español puede haber superado en 2009 el 5%, lo que dificultaría la disposición de recursos para hacer frente a la situación.


2. La composición del PIB y la productividad.

De la comparación del VAB andaluz y español se puede deducir fácilmente que el VAB de Andalucía es inferior a lo que le correspondería por su población: un 14.1% frente a un 17’77 %.
El único sector productivo que está muy por encima de la media española es la agricultura. El sector servicios y el de la construcción están un poco por encima de la media mientras que el sector industrial está muy por debajo de la media española.

Por lo tanto, la economía directamente productiva representa (agricultura + industria) tan solo el 16,5% del total del VAB andaluz mientras que sólo la construcción representa el 13,1%, lo que da una idea de las consecuencias que está teniendo sobre nuestra economía la explosión de la burbuja inmobiliaria y las dificultades de absorber en otros sectores el empleo de la construcción, que aún representa cerca del 13% de los ocupados andaluces.
Según datos de la Contabilidad regional de España (base 2000) publicados por el INE, referentes a 2007, el PIB per cápita andaluz representa el 77,5% de la media española.

El pasado diciembre, EUROSTAT difundió las estimaciones de PIB por habitante, medido en paridad de poder adquisitivo (PPA) para los 27 Estados de la UE, desagregado por regiones europeas. Andalucía, en el Estado Español ocupa la penúltima posición antes que Extremadura mientras que el País Vasco y Madrid ocupan la primera posición.


Igualmente, el INE acaba de hacer pública la renta Disponible Bruta del sector hogares, por habitante, del año 2006. Andalucía ocupa también la penúltima posición después que
Extremadura, mientras que el País Vasco y Navarra ocupan las primeras posiciones. 11 territorios superan la media española mientras que 8 se sitúan por debajo.



4. El déficit exterior.

En los diez primeros meses del año el déficit comercial intracomunitario y extracomunitario de Andalucía se ha situado en 9.136,2 millones, un 37,3% más que en el mismo período del año anterior según datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, hechos públicos a finales de diciembre de 2008. En España el déficit de ha situado en 81.189,5 millones lo que representa un incremento del 1% respecto al mismo período del año anterior. Este diferente comportamiento es uno de los elementos negativos de mayor trascendencia de la economía andaluza, que muestra el grado de dependencia exterior de nuestra demanda que no se ha ralentizado aún a pesar de la crisis


5. El déficit tecnológico.

Especial importancia tiene, como causa de nuestra crisis diferencial, la brecha tecnológica de Andalucía respecto a la media española, ya de por sí atrasada con respecto a la media
comunitaria. Los datos más recientes ofrecidos por INE en sus diferentes acciones estadísticas son suficientemente elocuentes:

Esta brecha se agranda cuando se trata de la alta tecnología

Por lo tanto adquiere una importancia decisiva toda la acción pública y privada tendente a la convergencia tecnológica con España así como disponer de una red de centros científicos de Andalucía coordinados con las universidades y los espacios tecnológicos industriales, orientados a la investigación en sectores y actividades sostenibles.


6. El déficit energético.

Andalucía presenta una elevadísima tasa de dependencia energética exterior superior al 94%. En efecto, en el año 2006 el consumo procedente de fuentes autóctonas, según el proyecto de Plan Andaluz de Sostenibilidad Energética, se situó en 1.152 ktep., por lo que, teniendo en cuenta el consumo total de energía primaria en este año, el grado de autoabastecimiento energético de Andalucía alcanzó tan sólo el 5,6%

El incremento del consumo de energía primaria desde 1995 ha sido muy superior a la media española y europea a causa del tipo de desarrollo económico que se ha promovido en nuestra tierra.

Al igual que en la energía primaria, Andalucía sigue dependiendo en un porcentaje muy elevado de los derivados del petróleo.

También hay que destacar el descontrol territorial y urbanístico en la construcción de instalaciones solares que representan un bajo porcentaje de instalaciones en tejados y cubiertas así como la no resolución de los problemas de conexión a la red y de venta de las compañías eléctricas: repsol y gas natural.


7. El deterioro ambiental y territorial.

El tipo de modelo económico andaluz que ha tenido en la construcción su principal pilar ha provocado la destrucción de gran parte de nuestro patrimonio natural. En estos últimos veinticinco años el expolio del medio ambiente ha sido el mayor de nuestra historia. Dos cuestiones son especialmente graves: el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero y la ocupación artificial indiscriminada del territorio.

Las emisiones de gases de invernadero en dióxido de carbono (CO2) equivalente han aumentado en Andalucía un 85% entre 1990 y 2007. Las emisiones de Andalucía representan el 15,4% del total de España, mientras que nuestra industria representa solo el 10% de la española. Las industrias del sector energético en Andalucía (centrales termoeléctricas y refinerías de Huelva y Algeciras) son responsables de una parte considerable de las emisiones.

En un reciente documento Greenpeace (4) ha denunciado el aumento de las superficies artificiales en los últimos años, debido sobre todo al incremento de las superficies urbanas difusas y de las superficies ocupadas por autovías y autopistas, asimismo destaca la pérdida de un 40% de los ríos y cauces naturales en la última década. Las irregularidades urbanísticas como en el caso de El Algarrobico; las parcelaciones y construcciones ilegales, atentados como progresiva destrucción de la Vega de Granada e incluso la tala de la “arboleda perdida”, el bosque de Bahía Blanca en el Puerto de Santa María, son ejemplos conocidos del desastre medioambiental andaluz.


8. El fracaso escolar.

El porcentaje de personas que finalizan con éxito la enseñanza secundaria obligatoria en relación al total de la población que tienen 16 años, edad teórica de finalización de dicha etapa, es una información relevante para conocer los resultados del sistema educativo.
Otro indicar básico es el porcentaje de jóvenes que continúa su formación más allá de las etapas obligatorias. Dada esta relevancia, se considera abandono escolar prematuro al hecho de que jóvenes de 18 a 24 años que han alcanzado como máximo la enseñanza secundaria obligatoria no sigan estudios posteriores.


Especialmente grave es la quiebra de nuestro sistema educativo en una triple perspectiva: educativa, social y económica. Recientemente Pedro Ruiz Morcillo denunciaba la “progresiva carencia de formación humanística y científica del alumnado, el avanzado deterioro de la convivencia en los centros educativos y como consecuencia de ambos, la resignada desmotivación que se va produciendo en el profesorado” (5). Además, el fracaso escolar y la desculturización de amplias capas de toda una generación de jóvenes son sin duda el peor legado que este sistema ha producido, justamente cuando lo que más necesitamos, especialmente frente a la crisis, es una alta cualificación de nuestros recursos humanos.

La quiebra del sistema educativo andaluz tiene lugar, además, en el contexto de una homogenización cultural internacional producto de la globalización que ha adquirido una profundidad hasta hoy desconocida. El imponente poder determinante del mercado es el único que actúa realmente en el terreno cultural, imponiendo sus pautas. Al mercado pertenecen, por lo demás, los supremos educadores: la publicidad y la televisión, sin que los Poderes Públicos contrarresten con la defensa de valores alternativos. En Andalucía, Canal Sur practica u populismo a granel lo que potencia una pseudocultura banal que está desplazando nuestra auténtica cultura como la mala moneda desplaza a la buena. La destrucción de la cultura andaluza, continuada durante 25 años, está produciendo una catástrofe cultural en general pero especialmente entre la juventud con claras consecuencias de anomia cultural, pérdida de las señas de identidad andaluza y comportamientos violentos, abriendo una brecha cultural intergeneracional.

9. Zona de riesgo.

Un indicador básico que mide el nivel de dependencia de un territorio es la intensidad de instalaciones de alto riesgo que alberga. Andalucía, a principios de los años ochenta, consiguió evitar la instalación de centrales nucleares, pero desde entonces no ha disminuido riesgo de catástrofe nuclear y medioambiental por la existencia de bases militares de la OTAN en Rota, Morón y Gibraltar e incluso han aumentado los riesgos de accidentes con gravísimas consecuencias ecológicas sobre todo en el Estrecho. Las bases militares están fuera de todo control como lo demuestra su utilización para operaciones encubiertas de la CIA o el permanente trasiego de submarinos nucleares.

El cementerio nuclear de El Cabril será el destinatario del el 95% de los residuos que irán generando el cierre de las centrales nucleares en España, lo que supondrá almacenar unas 176.300 m3 de residuos. Ya en este año de 2009 está prevista la finalización de la actividad en Santa María de Garona.

Por el Estrecho de Gibraltar transitan anualmente unos 100.000 buques de los más de un 65% son mercantes. En sus aguas se realizan avituallamiento o bunkering por magnitudes superiores a los 7 millones de toneladas de fuel marítimo anuales. Los puertos de Algeciras y Gibraltar, en los que fondean anualmente más de 30.000 buques, no comunican sus movimientos aunque ambos puertos comparten bahía y canales marítimos. Los accidentes y los vertidos de fuel han sido constantes durante los últimos años.

Además, la Junta está apoyando la construcción de un oleoducto de 200 kilómetros desde Huelva a Los Santos de Maimona, que, además de atravesar los Parques Naturales de Sierra de Aracena y Picos de Aroche, generaría un tráfico anual de más de 100 petroleros frente a las costas de Doñana.

Andalucía también presenta una concentración de presos superior a cualquier otro territorio de la Unión Europea.

Los presupuestos sanitarios de las CCAA son el índice de la sensibilidad social de las distintas CCAA y evidencian la capacidad de las mismas para asegurar la atención sanitaria de los ciudadanos, más allá de las altisonantes declaraciones habituales. La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública ha analizado los presupuestos sanitarios de las CCAA presentados para su aprobación en los correspondientes parlamentos autonómicos, calculando lo que suponen en gasto sanitario per capita, cuyas cifras están recogidas en la tabla adjunta.

A pesar de la mala situación de Andalucía en dotación de camas hospitalarias, el esfuerzo presupuestario en materia de salud es realmente escaso.

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Esta infradotación en el gasto público sanitario explica, entre otros factores, las carencias más significativas de los servicios de salud: abultada listas de espera, mala organización de las urgencias, falta de personal sanitario suficiente y falta de medios y de infraestructuras.


11. La falta de alternancia como indicador de la baja calidad democrática de nuestro sistema político.

Con un 18% de paro, que casi triplica el paro de la eurozona, a menos de un año de las últimas elecciones, sólo se explica que el Gobierno andaluz siga alcanzando mayorías absolutas por la red clientelar que ha tejido y la irrealidad que ha trasladado mediante la propaganda institucional, aprovechando los niveles de desinformación del cuerpo electoral andaluz, al que prometió el pleno empleo en esta legislatura.

La permanencia en el poder de forma ininterrumpida del PSOE ha generado un verdadero régimen basado en la patrimonialización de las instituciones autonómicas y en la utilización de los recursos públicos para perpetuarse en el poder lo que ha provocado una amplia corrupción social mediante la normalización del clientelismo.

El sistema democrático andaluz resulta anómalo frente a las alternancias de gobiernos que se han producido en otros nieles territoriales como el español o el municipal. En Andalucía nunca, desde la constitución del Parlamento y del Gobierno autonómico, ha habido alternancia.

El sistema se basa en los siguientes mecanismos:

A) Pacto entre la burocracia del PSOE y los poderes fácticos representados por la burocracia de la CEA consistente en un reparto de las zonas de poder político y el económico. B) Estructuración del imaginario político andaluz en una confrontación nominal entre la izquierda y la derecha alimentada en gran medida por el componente autonomista o centralista de los discursos, sin que la

confrontación entre andalucismo y centralismo tenga un espacio autónomo de identificación política. C) Desactivación de la autonomía andaluza, imponiendo las elecciones conjuntas. D) Sustitución de la cultura andaluza, la cultura de la relación, del contacto, de la tolerancia y de la resistencia, por un imaginario mercantilista y unos restos folclóricos de nuestro acervo cultural. E) Una administración autonómica dualizada y patrimonializada, usada como instrumento para premiar y castigar a amigos y enemigos aunque haya implicado un importante grado de ineficacia pública. F) El control directo de los medios de comunicación públicos autonómicos en especial de Canal Sur.





Para esta construcción se ha evitado realizar las reformas estructurales para no generar conflictos, practicando una política de subvenciones con beneficios a muy corto plazo y emitiendo un doble discurso: nominalmente un discurso de izquierda, de logros y de sostenibilidad, frente a una práctica hiperliberal y de fomento del clientelismo. Con ello consiguen al mismo tiempo el voto popular y el apoyo de los poderes fácticos.

El doble discurso ha fomentado los pensamientos automáticos, los prejuicios inducidos a fuerza de repetirse por los medios de comunicación, bloqueando cualquier nueva reflexión sobre nuestra realidad e impidiendo que existe un debate social que aborde nuestros verdaderos problemas, en definitiva desactivando la sociedad civil andaluza. Se ha logrado invertir el que la sociedad condicione a los poderes públicos por un poder público capaz de condicionar a la sociedad. Ahora el bipartidismo asegura mejor este modelo.

Paralelamente hemos perdido peso político en España, excepto por la importancia numérica que representamos en el conjunto del cuerpo electoral español. Poco queda de aquel tiempo en el que conseguimos modificar la distribución del poder territorial en España. Hemos desaparecido de la información política de los medios de comunicación aunque copamos las secciones de suceso y del corazón.

3. REFERENTES PARA UNA ALTERNATIVA.


Introducción.

La interacción del principio de autonomía real y el de la aceptación de los límites internos y externos encuentra una feliz síntesis en la expresión de Serge Letuche de reterritorializar la vida. Nos esperan tiempos difíciles en los que es necesario combinar medidas coyunturales para evitar las peores consecuencias de la crisis, las reformas estructurales para afrontar las causas profundas de la misma y la previsión de disponibilidad de recursos suficientes para asegurar el mínimo vital a todas las personas de Andalucía.

Las campañas electorales han girado en torno al mensaje implícito de que era posible que viviéramos por encima de nuestras posibilidades reales: menos impuesto y más consumo es el paradigma de la felicidad que los líderes políticos del bipartidismo insisten en ofrecernos. No importa que para ello los recursos se hurtaran de la necesaria reforma que requería nuestra economía escasamente cualificada pero altamente impactante, especulativa y consumista.

Los cambios necesarios exigen de forma urgente nuevos objetivos, otro tipo de liderazgo político, otra forma de entender la empresa y la Administración Pública y una nueva cultura social que extraiga la energía de nuestras propias raíces.

Ya expusimos que las reformas estructurales se deberían haber abordado durante los últimos veinticinco años pero desgraciadamente tendremos que hacerla ahora en condiciones más difíciles. Sin embargo “la crisis económica da una oportunidad para que la economía de los países ricos adopte una trayectoria distinta con respecto a los flujos de energía y materiales” (6). La racionalización del sistema productivo no puede estar causada por el retraso o la pobreza sino por el desarrollo tecnológico y la eficiencia en la producción y el consumo, ligados a otro paradigma de felicidad.

Andalucía como el resto de Comunidades Autónomas carece de competencia significativas sobre las políticas de demanda residenciadas en la Unión Europea (política monetaria) o en el Estado español (políticas fiscales) pero tiene amplísimas competencias tanto en servicios públicos como en políticas de oferta. Creemos que el impulso público no debe centrarse en el consumo indiscriminado, cuando incluso el crédito a las familias a caído en un 95% durante el año 2008, sino en la inversión productiva sostenible y en la reforma de los servicios públicos.

Cuanto más dramática se hace la situación: paro, aumento de la desigualdad, desprotección social, desconfianza en el futuro, inseguridad ciudadana, xenofobia, más imprescindible es una política de distribución igualitaria de la riqueza y una profundización en la participación social frente a los populismos autoritarios.

Creemos que es indispensable establecer nuestra alternativa en al menos dos niveles territoriales: el conjunto de Andalucía y las realidades comarcales. A nivel andaluz es necesario tener el poder político propio para diseñar nuestro camino de salida de la crisis, obtener los recursos necesarios, influir y conectarnos en los ámbitos español, europeo e internacional y tener la capacidad de apoyo estratégico para el conjunto del sistema social andaluz.


Economía.

Las medidas improvisadas ante una crisis desconocida que ha paralizado la actividad económica y originado una extraordinaria volatilidad en los mercados no han conseguido reactivar la economía productiva pero están agotando los mecanismos tradicionales que han utilizado los gobiernos al perder el margen de maniobra tanto fiscal como monetario: el endeudamiento y la bajada de tipos de interés están dejando prácticamente sin capacidad operativa a los Estados frente a las manifestaciones de la crisis en la economía real.

Andalucía además carece de instrumentos financieros con los que poder inyectar liquidez a las PYMES y a las familias. Las instituciones financieras, que han recibido ayudas estatales sin precedente, están subiendo el diferencial de los préstamos a pesar de la bajada de tipos de interés del BCE, disminuyendo los plazos de las pólizas de crédito y aumentando sus garantías, aunque, según el IEA, el beneficio neto de la banca andaluza (bancos, cajas y cooperativa) durante 2007, llegó casi a los 3.000 millones, un 27% más que el año anterior.

Proponemos las siguientes medidas:

1. Banca andaluza pública sobre la base de las Cajas y Cooperativas de crédito que asegurar crédito a PYMES y a familias. Aunque poco tiempo esta propuesta hubiese parecido utópica, en estos momentos sólo se diferencia de los que están haciendo los gobiernos incluso de EE.UU. y del RU. en que sería proactiva y no reactiva. La pérdida de ahorros, el cierre masivo de empresas o la falta de liquidez están poniendo en una situación límite a las familias y al tejido productivo andaluz por lo que es imprescindible el control público de parte de nuestro sistema financiero.
2. Apuesta total por las energías renovables y la industria del reciclaje.
3. Fomento del ahorro y nuevas pautas de consumo ligados a nuestro imaginario cultural propio y no al imaginario mercantilista y al Reformas estructurales.
4. Reforma postindustrial del sistema productivo sobre la base de las nuevas tecnologías y las industrial no contaminantes y la cualificación de los factores productivos
5. Incorporación de los costes reales medioambientales de reproducción y contaminación a la producción y el consumo.
6. Desarrollo de los nuevos bienes comunes que están generando la revolución tecnológica como innovadoras herramientas para la creación de mercancías, sobre todo el sofware libre.
7. Reforma agraria ligada a una nueva cultura del agua agricultura ecológica.
8. Economía abierta al exterior y disminución de la demanda externa para equilibrar nuestra balanza de pagos.
9. Cooperativas de productores, distribuidores y consumidores, conectados a través de internet, con garantía de seguridad pública. 10. Revolución de los transportes de mercancías.

Territorio

El diseño concreto de la una otro modelo tiene que establecerse a escala comarcal. Las reformas estructurales deben tener una base comarcal ya que Andalucía es demasiado grande y el municipio demasiado pequeño para articular la economía y las relaciones sociales. Proponemos la creación de “Economías Comarcales Organizadas” como unidades operativas para la reforma estructural de nuestro sistema social y económico, sobre la base de Planes Integrales territoriales que establezcan una estrategia comarcal al menos sobre:

1. Integración de la producción y la distribución.
2. Reforma agraria sobre la base de una nueva cultura del agua.
3. Suficiencia energética renovable.
4. Políticas activas de empleo y formación hacia los sectores prioritarios comarcales.
5. Red de centros y servicios de asistencia social.
6. Asignación de la huella ecológica en función de su propia naturaleza comarcal.
7. Sistema comarcal de I+D+I sobre la base de los recursos públicos y privados y los espacios empresariales tecnológicos.
8. Red de infraestructuras de cercanías públicas o no motorizadas.
9. Red de espacios protegidos y espacios libres.
10. Seguridad ciudadana y laboral. Planta comarcal de juzgados, en particular de juzgados específicos de violencia sobre la mujer.
11. Patrimonio cultural, creatividad y valores etnográficos.
12. Distribución comarcal de los compromisos de Kyoto.

Gobernanza.

La crisis ha sido sobre todo política porque ha demostrado la ineficiencia del sistema para preverla. El sistema político andaluz está ausente siendo sin embargo un actor imprescindible para afrontarla. En necesario dotarlo de al menos dos elementos: poder real propio y democratización. Al mismo tiempo es imprescindible afrontar la reforma administrativa para optimizar todos los recursos.

Es necesario un doble objetivo. Por una parte, asegurar el mínimo vital básico a todas las personas de Andalucía y por otro conseguir un funcionamiento eficiente de los servicios públicos lo que requiere, en todo caso, la reforma urgente de la enseñanza y la justicia.

Las medidas “anticrisis” a favor de la banca y de “estímulo” al consumo; la caída de los ingresos y el aumento de los gastos sociales y las reformas fiscales del gobierno, que han beneficiado a las rentas superiores a los 100.000 €, sobre todo la reforma del IRPF y la supresión del Impuesto del Patrimonio, han supuesto un deterioro de las cuentas públicas que puede poner en peligro a medio plazo incluso los recursos para el subsidio del paro y las pensiones.

1. Posición propia ante la reforma de la financiación autonómica y la financiación local.
2. Reforma del sistema electoral: mayor representatividad, garantía de elecciones propia y limitación de mandatos.
3. Reforma de la Administración Pública y control del gasto para contener el déficit. Desaparición de las Diputaciones y reducción del número de Consejerías.
4. Cambio en RTVA, especialmente en el Canal sur sobre la base de la neutralidad y la calidad con supresión de la publicidad.
5. Derecho universal a la Renta Básica.
6. Derecho público subjetivo a la vivienda.
7. Financiación de la enseñanza y de la sanidad en consonancia al menos con la media española.
8. Plan extraordinario de formación semipresencial: la Universidad Digital de Andalucía. (UDA). 9. Reforma de la Justicia.
10. Desnuclearización y desmilitarización de Andalucía.
11. Autoridad marítima única en el Estrecho y prohibición del bunkering.
12. No autorización del oleoducto.
13. Reforma penitenciaria.

Andalucía, enero de 2009.

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