Manuel Clavero Arévalo
Andalucía sufre tres crisis diferentes, sin que la causa esté en ella y que son la financiera, la del petróleo y la de la construcción. La financiera ha tenido su origen en Estados Unidos, por una ambición sin límite de algunos financieros y por una falta de fiscalización de los organismos de control porque la economía de libre mercado necesita regulación y control. En Estados Unidos, en el Reino Unido, en Francia, entre otros Estados, han tenido que intervenir para evitar la quiebra de grandes bancos con aportaciones dinerarias públicas muy cuantiosas, aunque algunas entidades han ido a la quiebra. En Andalucía y en España la crisis financiera no ha sido tan grande, se dice que por el riguroso control del Banco de España sobre las entidades financieras, sin embargo éstas carecen de liquidez lo que reduce enormemente la posibilidad de otorgamiento de créditos, sin los cuales los empresarios, especialmente los pequeños y medianos, no pueden invertir, lo que produce una paralización económica, especialmente sensible en una economía débil como es la andaluza.
La falta de actividad económica está produciendo en Andalucía muchos expedientes de regulación de empleo, unos de empresas domiciliadas en Andalucía y otros de empresas foráneas que, como en el caso de Cerámica Bellavista, han llevado las movilizaciones de trabajadores andaluces a la misma Barcelona. Quizás sea el sector agrícola el menor afectado, por la crisis, pero, ante la paralización de la construcción, muchos trabajadores andaluces que trabajaban en ella han vuelto al campo, desplazando a los inmigrantes empleados en la agricultura. Los medios de comunicación nos informan que vegetan especialmente por las provincias de Córdoba y Jaén en plena recolección de la aceituna de molino.
Cité en segundo lugar la crisis del petróleo, producida por el fuerte incremento del precio del crudo, lo que provocó una gran subida en la inflación, en los intereses de las hipotecas y en el precio de los productos. Afortunadamente en los meses de noviembre y diciembre el precio del petróleo ha descendido enormemente, produciéndose en consecuencia una disminución en la inflación, en los intereses de las hipotecas y en el precio de los productos.
En tercer lugar la crisis de la construcción ya que no se venden las viviendas que se edifican, a diferencia de lo ocurría hace año y medio, cuando se vendían todas las que se construían. Esta crisis está produciendo gran paro no solo en las empresas de la construcción, sino en las que le suministraban los artículos que la hacían posible como ladrillos, muebles, hierros, cristales etc. etc. Esta crisis es especialmente grave en Andalucía ya que la construcción es una actividad porcentual más importante que en España, pues en el año 2007 era del 12,2% de la actividad económica nacional y en Andalucía del 14,7%.
Como en Andalucía la pobreza es mayor que en España y también el porcentaje del paro, la situación es socialmente preocupante. En el libro “Contra el letargo andaluz”, de Alejandro Rojas Marcos, publicado en el año 2004, se decía que la pobreza en Andalucía es más severa que en el resto de España, ya que uno de cada tres andaluces vive por debajo del umbral de la pobreza, cuando en España es uno de cada siete y en la Unión Europea uno de cada once. Todo ello está produciendo el desbordamiento de los comedores sociales y de las solicitudes de ayudas a las Cáritas andaluzas.
Cuando las causas de las crisis están fuera de Andalucía, es difícil remediarla desde aquí. El 15 de noviembre de 2008, se reunieron en Estados Unidos los Jefes de Estado y de Gobierno, para refundar el capitalismo; en Europa también se han reunido los Jefes de Estado y de Gobierno para adoptar medidas comunes y en España, el Gobierno está acordando diversas decisiones que con la mejor intención está aumentando grandemente el déficit del Estado. En Andalucía mencionaré tan solo el llamado “proyecto estrella” con vigencia hasta 2012 y con el objetivo de construir 132.000 VPO y 135.000 actuaciones de rehabilitación. Treinta y tres entidades se han comprometido para financiar 9.550 millones de euros. Los Ayuntamientos también han recibido ayudas para financiar proyectos que mitiguen el paro.
Con independencia de lo que hagan los poderes públicos, tenemos que plantearnos lo que cada uno de nosotros individualmente podemos hacer. Quienes tengan tiempo libre, emplearlo en colaborar con las instituciones sociales desbordadas y los que tengan dinero darlo, en la mayor medida posible, a entidades como Cáritas y demás entidades que hayan acreditado su eficacia en ayudar a los pobres.
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