viernes, 24 de abril de 2009

La disyuntiva indeseable


No comparto el paso dado por Rosa Aguilar, tampoco creo que sea un caso de transfuguismo y, desde luego, el que diga que no se lo esperaba, miente o alucina. Podemos decir que nos ha pillado por sorpresa en el preciso momento en que se ha producido, pero ninguno de nosotros ni de los que se rasgan las vestiduras hipócritamente escandalizados, puede afirmar sinceramente que no tenía datos para deducir que ésto podía pasar cualquier día. Incluso que este suceso ha tardado mucho en tener lugar. En cuanto al interior de IU, algunos llevan años intentando que esta mujer se fuera o la echaran y se pueden indicar incontables hechos al respecto. Ha pasado lo que era previsible. ¿O no sabíamos todos que Rosa estaba más cerca del PSOE de Griñán que de la IU de Cayo Lara o Diego Valderas? ¿Va a resultar ahora que nadie lo había dicho en los pasillos cientos de veces?
Ha sido parcialmente incoherente al abandonar la alcaldía, pero no lo ha sido al abandonar IU porque lo avisó: dijo que todo dependería del resultado de la asamblea federal, incluso concretó la advertencia al decir que el PCE no podía adueñarse de IU. Creo que nadie podrá negar que el PCE manda cada vez más y peor en Izquierda Unida. Y digo parcialmente incoherente en el caso de abandono de la alcaldía, porque tampoco se puede ser mucho tiempo alcaldesa por una fuerza política con la que se mantiene un desacuerdo creciente. Eso ha sido una impostura que a mí y a mucha gente nos parece que Rosa ha mantenido durante mucho tiempo, pero que ahora se ha acabado. Impostura recíproca, por cierto, de la que la organización también ha obtenido sus ganancias. Para mí, no es un caso de transfuguismo, es el final de una impostura. La IU que hubiera conseguido mantener a Rosa Aguilar en su interior, no existe ni se le permite existir y hace tiempo que fue estrangulada. La realmente existente la definió Carrillo cuando su afirmación era injusta: “es el PCE vestido de lagarterana”. Y yo añadiría algo: el traje de lagarterana le resulta cada vez más molesto.
Pero ya está bien de pamplinas, el problema no es Rosa Aguilar, sino que lo que ha hecho puede ser un síntoma de algo que trascienda una postura personal. El problema es que podemos estar ante una propuesta, más que ante un suceso. Y para la gente de IU, el problema puede estar en una disyuntiva tan detestable como real: o el PSOE, o el neoestalinismo del comité provincial del PCA de Sevilla, sintetizado en esta frase de antología, pronunciada y escrita por su responsable político: "Descubramos la emboscada, señalemos a los traidores”. ¿Conoce alguien una invitación más clara a la caza de brujas?
Ya están señalando a los traidores, han empezado ya. Después aparecerá alguien que se irá a no sé donde y se le llamará tránsfuga. Y estos energúmenos seguirán haciendo de las suyas, para eso tienen el presupuesto más abultado de toda Izquierda Unida y los manuales de Stalin bajo el brazo.
Me he apresurado a escribir estas líneas, antes de que nadie se aproxime al tema desde fuera, sin conocer lo que está pasando en el seno de IU, que tiene que ver con el paso dado por Rosa, pero que sobre todo tiene que ver con la actuación política futura de mucha gente.
El tratamiento dado al fichaje de Griñán me ha parecido detestable, no tanto por los medios de comunicación, que se han limitado a destacar lo que sin duda era una noticia bomba(es decir, una auténtica noticia ), cuanto por las declaraciones de muchos políticos. Los que han asestado el golpe han hablado poco: han actuado; los del PP se han indignado tanto que se les ha olvidado lo cerca que pueden estar de la alcaldía de Córdoba. Han acusado el golpe porque han visto cómo se les escapaba el momento crítico de cambio de presidente sin aprovechar la oportunidad. Griñán se lo puso difícil y Aguilar los ha descolocado. Debate de investidura con millón de parados al fondo. Había otro cuadro más real: Un millón de parados irrumpe en el debate de investidura. Pero no. El cuadro real ha devenido en irreal, imaginario. El golpe de efecto ha ganado una vez más, pero con la complicidad de la oposición. Con la estúpida complicidad de toda la oposición parlamentaria. En un momento en que la crisis empieza a pasar factura al gobierno, es lógico que el PSOE busque golpes de efecto. Lo que no es tan lógico es que la oposición colabore con ello colocando la noticia en el centro de las declaraciones, como si no hubiera problemas que achacar al nuevo presidente.
Pero en el caso de Izquierda Unida el cinismo ha sido descomunal. Son años afirmando que la alcaldesa de Córdoba va por libre, y ahora estallan la sorpresa y la indignación. El problema es que era la alcaldesa de Córdoba, que año tras año sobrepasaba a Chaves en valoración en la opinión pública andaluza. La contrariedad es lógica, pero se me antoja tremendamente clasista e injusta, sencillamente porque los mismos que se indignan llevan meses expulsando gente sin parar del seno de IULV-CA, con una tranquilidad que asusta. El conflicto de Jaén desembocó en que la mitad(puede que más) de la organización de esta provincia se quedó fuera del órgano provincial, tras una rocambolesca, enigmática y secreta elección en una esquinita del local en que estaba reunida la asamblea, elección validada por la dirección andaluza. Después las expulsiones, alguna de ellas suspendida por un juez. En Málaga se expulsa a uno de los dos concejales, por actuaciones de hace años. En Chiclana a una asamblea que pacta con el PP el gobierno municipal. Se suceden los expedientes disciplinarios con resultado de expulsión. En Bollullos Par del Condado, se expulsa a los cinco concejales que pactan con el PP por acuerdo de su asamblea, pero también a esta con más de cien afiliados por el hecho de votar una propuesta con la presencia y oposición de numerosos dirigentes. Se les elimina del censo con una tecla de ordenador y cuando reclaman, se les dice que no pueden hacerlo porque no constan en el listado. Pero estos casos no provocan indignación en muchos dirigentes, sino desprecio en unos casos, indiferencia en otros y solidaridad en los menos. Sin la asamblea expulsada de Bollullos, probablemente Diego Valderas no seria hoy día diputado. En Camas, se acaba de expulsar al alcalde y a tres concejales más, antes de que la Comisión de Garantías se pronuncie, como si en esta ciudad no hubiéramos tenido suficientes problemas. Escribo sobre esto porque casi nadie lo hace. Me resulta increíble que en una organización basada en presupuestos éticos, de izquierdas, solidaridad, de respeto a “los de abajo”, de proclamas sobre la participación, se pueda pasar sobre estos temas como si no tuvieran la más mínima importancia. Cabe la posibilidad de que alguna expulsión sea justificada, pero todas y en su conjunto constituyen un problema político que no se quiere abordar en clave de proyecto. Es la Izquierda Unida que no existe, la que algunos quieren encerrar en el debate entre el camino de Rosa Aguilar y el de la búsqueda del enemigo interno. Es la disyuntiva indeseable, la que la inmensa mayoría no quiere aunque sólo se atreva a criticar la primera de las opciones. Es la negación de un proyecto transformador de la realidad que cada vez hay menos posibilidades de establecer desde IULV-CA.
Pero quienes no se quieran ver encerrados en esa disyuntiva forzada, tienen el deber de buscar otras alternativas, desde dentro y desde fuera de la organización, porque la famosa “refundación” de IU fue más un recurso para ganar adeptos en los pasos previos a la asamblea federal, que un método para superar la situación de la izquierda.
La crisis que vivimos está desnudando al capitalismo ante nuestros ojos, pero los colectivos, las organizaciones que puedan ser capaces de diseñar y empezar a andar los caminos para superar el sistema que la ha causado, aún no han aparecido. Quizá haga falta que mucha gente se convenza de que las organizaciones en la que consumen sus días se han convertido, presas del sectarismo, en un fin en sí misma, que se preocupan sólo de su propia supervivencia, cada vez más complicada. De seguir así, podremos asistir a un suceso kafkiano: la sociedad andaluza del millón de parados revalida al gobierno actual y produce un parlamento con dos partidos en su seno, a la extremeña. O aún peor, puede parir un gobierno emulador del primer gobierno Aznar, tan flasheado estos días. Esto indica el pasado debate de investidura, con sus señorías mirando el dedo en vez de a la luna.

Antonio L. Girón

2 comentarios:

José Pedro Cabello dijo...

Pues sí, estos no miran más allá de ellos mismos, no saben que los de fuera, ya los miramos como extraños, y lógicamente, para estar con extraños, mejor, nos vamos, nos vamos de este lugar cada día más lejos de nosotros mismos, más extraños a nosotros mismos.
Soy afiliado, pero ¿hasta cuándo?, esta respuesta no la puedo dar, pero lo que sí se, es que seguramente, no será por mucho tiempo, desgraciadamente, no "comulgo", con estos llamados a suceder al mismísimo Stalin, por eso, me quedo con la frase de este "gran personaje" de la política oculta sevillana, "Descubramos la emboscada, señalemos a los traidores”, acaso por no estar de acuerdo con ellos, ¿soy yo un traidor?, pues si es así, que me lo digan mientras antes mejor, mi familia, se lo agradecerá.

Anónimo dijo...

Lo que ocurre es que, no por ser muy anunciada, la decisión de Aguilar deja de ser reprobable. No desde el fondo de su opinión particular sobre la política que debería haber seguido IU, sino desde la forma democrática que, precisamente, debe garantizar la existencia de esas opiniones particulares. Creo firmemente que todo el mundo tiene derecho a pensar por sí mismo y aspiro a colaborar en una organización política que tenga la democracia y el libre pensamiento como bandera. No obstante Aguilar creía ser naturalmente una dirigente por encima de la elaboración y la decisión colectiva. No ha sabido asumir una votación adversa cuya legalidad. -al menos en este caso- nadie puede cuestionar. Por eso Aguilar no es ejemplo de victimismo alguno y no se la debería invocar a la hora de reclamar la democratización de IU. En fin, tanto peor para el partido que la acoge. No se si te das cuenta, compañero, que estás usando el argumento para definir un enemigo claro igual que lo hacen tus adversarios: "lo absolutamente otro que hay que erradicar". En tu caso se trata de la dirección del PCA en Sevilla, a quien acusas de prácticas autoritarias; pero no consigues escapar de la lógica de purgas que tú mismo denuncias. Villanueva hace lo mismo en un artículo que, como en muchas otras ocasiones, se prestaría al cachondeo si no fuese un hecho grave que el autor tenga bastante poder en la organización: Sin dar explicación ni prueba algunos, identifica el transfuguismo de Aguilar con diversas corrientes dentro de Izquierda Unida que son rivales de su corriente. Así se crea un estado de opinión hostil hacia personas que, a diferencia de Aguilar, lo único que han hecho ha sido defender sus puntos de vista en los órganos correspondientes de IU, perder la votación y asumir el resultado. A esas personas, y no a Aguilar, alguien las tendría que defender, aunque no compartan sus posturas, y te aplaudo cuando lo haces. Evidentemente "vendrán más traidores", "se irá más gente" si se crea un clima irrespirable de este tipo dentro de la organización y se inicia una persecución de minorías sobre la base del posible transfuguismo. Pero ¿no te suenan de nada esas prácticas? ¿no habéis vosotros perseguido discrepantes sobre la base del estalinismo?
¿Y qué tiene que ver todo esto con el PCE? ¿Crees que no debería existir o formar parte de una gran coalición de izquierdas? Eres injusto al identificar a todo el partido con ciertas prácticas. Lo que me preocupa es el clima general dentro de IU. En todos los casos se piensa que es más fácil conseguir la unanimidad con 1 que con 100, y que para hacer una organización fuerte hay que eliminar a 99. Confiemos en que esta sean sólo opiniones particulares y no se conviertan en la política general de la organización (la cual, por otra parte, a falta de su incapacidad actual de producir política consigue que cualquier opinión individual de un dirigente local se convierta ilegalmente en directiva de su satrapía). En IU existen discrepancias en las formas, pero en todos sitios se funciona igual, dirija el asunto quien lo dirija. Más allá de una pátina superficial de ideología, no hay más que aparatos que tienden a su propia supervivencia con medios expeditivos y poco democráticos. ¿de qué depende, entonces que yo siga siendo militante del PCE y de IU? Pues del convencimiento de que la organización todavía contienen un germen de autosuperación. Al menos en la tierra de ciegos de la política española, el tuerto sigue siendo el rey. Yo sí que confío en la refundación y, lo que es más, creo que sólo se puede hacer contando, también, con la sensibilidad que representas, la cual debería evolucionar hacia postulados más democráticos en algún momento. No espero de la nueva dirección federal ni purgas ni noches de los cuchillos largos de un signo o de otro. Tampoco espero que alguien intente provocarlas en provecho propio, ni pusilanimidad ante las arbitrariedades; sino que se trabaje para crear las condiciones de una verdadera refundación democrática de la organización, el final de las corrientes y el caciqusmo interno, el retorno de la legalidad estatutaria y de las garantías democráticas, la camaradería y el compañerismo, que es lo que el PCE e IU me enseñaron una vez. ¿podría haber un acuerdo de mínimos sobre esto?